domingo, 14 de diciembre de 2008

Conclusión: ACUERDOS DE LIBRE COMERCIO

Los acuerdos de libre comercio se diseñan fundamentalmente para reducir las barreras al comercio y, en su mayoría, no abordan cuestiones como la salud y la seguridad de los trabajadores (véase el recuadro). En Europa, el libre comercio ha evolucionado a lo largo de varias décadas hasta convertirse en un proceso en el que se otorga a los aspectos sociales una importancia inusual. Las organizaciones europeas responsables de la salud y la seguridad en el trabajo reciben una financiación adecuada, cuentan con la representación de todos los sectores y pueden aprobar directivas vinculantes para sus Estados miem- bros; obviamente, esta situación es la más avanzada en materia de salud de los trabajadores de todos los acuerdos de libre comercio del mundo. En América del Norte, el TLC contempla un proceso detallado de resolución de conflictos aplicable también a las cuestiones de salud y seguridad en el trabajo, pero pocas iniciativas más para mejorar las condiciones de trabajo en los tres Estados miembros. Otros pactos comerciales regionales no han incorporado ninguna iniciativa de este tipo.
La integración económica de los países del mundo progresa impulsada por los rápidos avances de las comunicaciones, el transporte y las estrategias de inversión de capital. Los acuerdos de libre comercio rigen una parte, pero no todo el comercio creciente entre países. Los cambios en las pautas comerciales y la expansión del comercio internacional tienen consecuencias fundamentales para la salud y la seguridad de los trabajadores. Es esencial vincular las cuestiones comerciales con las de salud y seguridad en el trabajo utilizando los acuerdos de libre comercio y otros instrumentos, a fin de garantizar que los avances en el comercio se acompañen de una mejora en la protección de los trabajadores.

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