domingo, 14 de octubre de 2012

Participación en la investigación, divulgación de los resultados y prevención (II)

En algunos lugares, los enfoques participativos para asegurar que se realicen investigaciones epidemiológicas en el lugar de trabajo se han convertido en la práctica habitual, pudiendo adoptar la forma de comités que supervisan las investigaciones de principio a fin. Estos comités están constituidos por represen- tantes de los trabajadores, la dirección y/o el gobierno. Cuando los representantes de todos los grupos interesados participan en el proceso de investigación, la divulgación de los resultados puede realizarse con mayor eficacia y credibilidad, al ser “uno de los suyos” quien supervisa la investigación y presenta los resultados a sus propios compañeros. De esta forma, es probable que se consiga el máximo nivel de prevención eficaz.
Este y otros enfoques participativos en la investigación de la salud en el trabajo se acometen con la participación de los que experimentan o se ven afectados de alguna manera por el problema relacionado con la exposición de interés y deberían ser cada vez más frecuentes en todos los estudios epidemiológicos
(Laurell y cols. 1992). Conviene recordar que, aunque el objetivo del análisis en los estudios epidemiológicos es estimar la magnitud y la distribución del riesgo, la investigación participa- tiva tiene también como finalidad la prevención del riesgo (Loewenson y Biocca 1995). Esta complementariedad de la epidemiología y la prevención eficaz forma parte del mensaje que se pretende transmitir en esta Enciclopedia y en este capítulo.

viernes, 12 de octubre de 2012

Participación en la investigación, divulgación de los resultados y prevención (I)

Es importante reconocer que muchos estudios epidemiológicos en el campo de la higiene industrial se inician como consecuencia de los problemas y preocupaciones de los propios trabajadores (Olsen y cols. 1991). En numerosas ocasiones, los trabajadores —expuestos en el pasado o en el presente— conocen la existencia de un problema antes de que sea confirmado por los investigadores. La epidemiología del trabajo puede enfocarse como una manera de “explicar” los problemas experimentados por los trabajadores, de recoger y agrupar sistemáticamente los datos y de realizar inferencias sobre las causas profesionales de sus problemas de salud. Por otra parte, los propios trabajadores, sus representantes y los responsables de su salud son las personas más adecuadas para interpretar los datos recogidos. Por consiguiente, siempre deben participar activamente en cualquier investigación que se realice en un lugar de trabajo. Sólo su participación directa podrá garantizar que el lugar de trabajo siga siendo un lugar seguro cuando los investigadores lo hayan abandonado. La finalidad de un estudio es utilizar sus resultados para la prevención de enfermedades y discapacidades y su éxito depende en gran medida de que los trabajadores expuestos participen en la obtención e interpretación de los resultados. La importancia y el uso de los resultados de una investigación en un proceso de recla- mación de indemnización para un trabajador que haya sufrido daños como consecuencia de exposiciones en el lugar de trabajo queda fuera del ámbito de este capítulo. El lector que desee profundizar en este tema puede remitirse a otros autores (Soskolne, Lilienfeld y Black 1994).




jueves, 11 de octubre de 2012

Epidemiología veterinaria (III)

. Los animales no están expuestos a ciertos factores que pueden confundir los estudios en poblaciones humanas y, por tanto, las investigaciones en poblaciones animales pueden realizarse sin tener en cuenta esos posible factores de confusión. Por ejemplo, un estudio del cáncer de pulmón en perros podría detectar una importante asociación entre la enfermedad y la exposición al amianto (supongamos que por la profesión de sus amos, relacionada con el amianto, o su proximidad a fuentes industriales de amianto). Claramente, este tipo de es- tudio eliminaría el efecto de confusión del tabaquismo activo.
Los veterinarios hablan de una revolución epidemiológica en la medicina veterinaria (Schwabe 1993) y ya se han publicado varios libros de texto sobre esta disciplina (Thrusfield 1986; Martin y cols. 1987). Es cierto que la identificación de muchos peligros ambientales y profesionales ha sido el resultado de los esfuerzos conjuntos de los epidemiólogos especializados en poblaciones humanas y animales. Entre otras importantes contri- buciones, destaca el efecto de los fenoxiherbicidas en ovejas y perros (Newell y cols. 1984; Hayes y cols. 1990), así como el efecto de los campos magnéticos (Reif y cols. 1995) y de los pesti- cidas (principalmente pulguicidas) contaminados con com- puestos similares al amianto en perros (Glickman y cols. 1983).

miércoles, 10 de octubre de 2012

Epidemiología veterinaria (II)

Los marcadores de las exposiciones, como los aductos de hemoglobina o el nivel de absorción y excreción de toxinas, pue- den medirse en animales salvajes o domésticos para evaluar la contaminación ambiental de fuentes industriales (Blondin y Viau 1992; Reynolds y cols. 1994; Hungerford y cols. 1995).

martes, 9 de octubre de 2012

Cadmio (I)

En el ambiente laboral, la absorción de cadmio tiene lugar princi- palmente por inhalación. Sin embargo, la absorción gastrointes- tinal puede contribuir también de forma significativa a la dosis interna de cadmio. Una característica importante del cadmio es su largo semiperíodo biológico en el organismo, que supera los 10 años. En los tejidos, se une principalmente a metaltioneína. En la sangre, se une sobre todo a los eritrocitos. A la vista de la propiedad del cadmio de acumularse, todo programa de control biológico de grupos de población expuestos crónicamente a este elemento debe intentar evaluar tanto la exposición actual como la total.
Mediante activación neutrónica, es posible actualmente realizar determinaciones in vivo de la cantidad de cadmio acumulada en los principales puntos de almacenamiento, el riñón y el hígado. Sin embargo, estas técnicas no son de utilización habitual. Hasta ahora, en la vigilancia de la salud de los trabajadores industriales o en los estudios a gran escala reali- zados en la población general, la exposición al cadmio se ha evaluado de forma indirecta mediante su determinación en orina y en sangre.

lunes, 8 de octubre de 2012

Berilio

La vía principal de captación de berilio en las personas expuestas profesionalmente es la inhalación. La exposición prolongada puede dar lugar al almacenamiento de cantidades apreciables en los tejidos pulmonares y en el esqueleto, este último punto de almacenamiento. La eliminación del berilio absorbido se produce principalmente por la orina, y sólo en menor cantidad por las heces.
Los niveles de berilio se pueden determinar en sangre y en orina, aunque en el momento actual estos análisis sólo se utilizan como pruebas cualitativas para confirmar la exposición al metal, ya que no se sabe hasta qué punto la concentración de berilio en sangre y en orina puede estar influida por la exposición reciente
y por la cantidad ya almacenada en el organismo. Además, es difícil interpretar los escasos datos publicados sobre la excreción de berilio en los trabajadores expuestos, ya que por lo general no se ha determinado adecuadamente la exposición externa y los métodos analíticos poseen sensibilidades y precisión diferentes. Los niveles urinarios y séricos normales de berilio probablemente sean inferiores a 2 g/g de creatinina y a 0,03 g/100 ml, respectivamente.
Sin embargo, el hallazgo de una concentración normal de berilio en la orina no es suficiente para excluir la posible exposi- ción al metal en el pasado. De hecho, no siempre se ha encon- trado un aumento de la excreción urinaria de berilio en los trabajadores expuestos al metal en el pasado y que posterior- mente han desarrollado una granulomatosis pulmonar, enfer- medad caracterizada por granulomas múltiples, es decir, nódulos de tejido inflamatorio, en los pulmones

domingo, 7 de octubre de 2012

Arsénico inorgánico (II)

En el caso de exposición a compuestos de arsénico inorgánico menos solubles (p. ej., arseniuro de galio), la determinación de arsénico en orina reflejará la cantidad absorbida, pero no la dosis total aportada al organismo (pulmón, tracto gastrointestinal).
El arsénico en el cabello es un buen indicador de la cantidad de arsénico inorgánico absorbida durante el período de crecimiento capilar. El arsénico orgánico de origen marino no parece ser captado por el cabello en el mismo grado que el arsénico inorgánico. La determinación de la concentración de arsénico a lo largo del cabello puede proporcionar información valiosa acerca del tiempo de exposición y la duración del período de exposición. Sin embargo, la determinación de arsénico en el cabello no se recomienda cuando el aire ambiente está contaminado por este compuesto, ya que no sería posible distinguir entre el arsénico endógeno y el depositado externamente. Los niveles de arsénico en los cabellos suelen ser inferiores a 1 mg/kg. El arsénico en las uñas posee el mismo significado.

Al igual que con los niveles urinarios, los niveles sanguíneos de arsénico pueden reflejar la cantidad de arsénico absorbida recientemente, pero todavía no se ha evaluado la relación entre la intensidad de la exposición al arsénico y su concentración en sangre.

sábado, 6 de octubre de 2012

Arsénico inorgánico (I)

El arsénico inorgánico puede penetrar en el organismo por los tractos gastrointestinal y respiratorio. El arsénico absorbido se elimina principalmente por el riñón, sin modificar o tras metilación. También se excreta por la bilis en forma de complejo con glutación.
Después de una única exposición oral a una dosis baja de arsenato, el 25 % y el 45 % de la dosis administrada se excreta por la orina en uno y cuatro días respectivamente.
Después de la exposición a arsénico trivalente o pentavalente inorgánico, la excreción urinaria está constituida en un 10 a un
20 % por arsénico inorgánico, en un 10 a un 20 % por ácido monometilarsónico, y en un 60 a un 80 % por ácido cacodílico. Después de la exposición profesional a arsénico inorgánico, la proporción de sustancias arsenicales en la orina depende del momento del muestreo.
Los órganoarsenicales presentes en los organismos marinos también son absorbidos fácilmente por el tracto gastrointestinal, pero se excretan sin modificar en su mayor parte.
Los efectos tóxicos a largo plazo del arsénico (incluidos los que se producen sobre los genes) son consecuencia principal- mente de la exposición a arsénico inorgánico. Por tanto, el control biológico pretende evaluar la exposición a los compuestos de éste. A tal efecto, el método de elección es la determinación específica de arsénico inorgánico (Asi), ácido monometilarsónico (MMA) y ácido cacodílico (DMA) en la orina. Con todo, puesto que el consumo de alimentos marinos podría influir en la tasa de excreción de DMA, los trabajadores sometidos a control deben abstenerse de tomar alimentos de origen marino durante las 48 horas previas a la recogida de orina.
En las personas no expuestas profesionalmente al arsénico inorgánico y que no han consumido recientemente alimentos de origen marino, la suma de estas tres sustancias arsenicales no suele superar los 10 g/g de creatinina urinaria. Es posible encontrar valores más elevados en zonas geográficas en las que el agua de mesa contiene cantidades importantes de arsénico.
Se ha calculado que, en ausencia de consumo de alimentos marinos, una exposición promedio ponderada en el tiempo a 50 y a 200 g/m3 de arsénico inorgánico da lugar a concentra- ciones urinarias medias de la suma de metabolitos (Asi, MMA, DMA) en las muestras de orina posturno de 54 y 88 g/g de creatinina, respectivamente.

viernes, 5 de octubre de 2012

Episodios vitales y laborales; estrés (I)

El estrés es uno de los principales factores causantes de lesiones y enfermedades relacionadas con el trabajo. La presencia de estrés en el lugar de trabajo, con independencia de que tenga su origen en el propio trabajo o en la actividad doméstica o social, puede afectar el comportamiento, los procesos mentales, las facultades físicas y la coordinación, y provocar accidentes y lesiones, aparte de los indicios cada vez mayores de posible afectación del sistema inmunológico, con el consiguiente aumento de la vulnerabilidad a las enfermedades. Por otra parte, el estrés influye considerablemente en la capacidad de respuesta al tratamiento de rehabilita- ción y, por tanto, en el grado y duración de las eventuales incapacidades residuales.
En su esfuerzo por explicar el incremento del índice de siniestralidad durante las semanas siguientes al paso del servicio en tierra a un destino a bordo y viceversa, Helmkamp y Bone
(1987) señalan que el estrés generado por la adaptación y por el cambio en el estilo de vida podría explicar parcialmente el fenó- meno. Análogamente, Von Allmen y Ramaciotti (1993) subrayan la influencia de los factores psicosociales, tanto extra- profesionales como relacionados con el trabajo, en la aparición de problemas crónicos de espalda.
Un estudio prospectivo con una duración de 27 meses sobre una muestra de controladores del tráfico aéreo permitió esta- blecer una trágica relación entre el estrés de origen social y la producción de accidentes. El 25 % de los 100 trabajadores de la muestra que reconocieron sufrir niveles elevados de estrés registró una tasa total de morbilidad un 69 % mayor que los que presentaban niveles de estrés más bajos, además de un 80 % más de probabilidades de sufrir lesiones (Niemcryk y cols. 1987).
Por tanto, no resulta sorprendente que, al menos en Estados Unidos, hayan proliferado las reclamaciones de indemnización formuladas por trabajadores que atribuyen su incapacidad al estrés de origen laboral. A pesar de que este tipo de reclama- ciones no se admite todavía en muchos países, es posible que su tasa de incremento sólo sea superada por el reciente aluvión de reclamaciones por lesiones causadas por actividades repetitivas, como el síndrome del túnel carpiano y otros trastornos de natu- raleza ergonómica.
Las reclamaciones basadas en el estrés aducido son igual- mente ilustrativas de las “barreras artificiales” al pago de indem- nizaciones que se han mencionado anteriormente. Por ejemplo, en algunos ámbitos jurisdiccionales de Estados Unidos (especial- mente en los estados de la Unión) no se admiten las reclama- ciones basadas en el estrés; en otros, la reclamación prospera únicamente si el factor estresante es un episodio repentino, singular, traumatizante o que produzca temor; y en varios otros, se exige que el estrés sea “inusual”, esto es, que exceda del nivel considerado normal en el trabajo o en la vida cotidiana. En algunos lugares, las reclamaciones por causa de estrés se fallan en consideración a sus méritos, mientras que en otros no existe aún normativa legal ni doctrina jurisprudencial en la materia. Aparentemente, por tanto, las probabilidades de que prospere una reclamación de indemnización fundada en el estrés dependen tanto del lugar en el que se presente, como de sus propios méritos (Warshaw 1988).

jueves, 4 de octubre de 2012

El “efecto del trabajador sano” (ETS) (III)

“El patrón de aumento-disminución de los dolores de espalda obedece, probablemente, al “efecto del trabajador sano”. Ciertamente, es más probable que los trabajadores realicen tareas perjudiciales para su espalda antes de cumplir 45 años y que abandonen esos trabajos al sentirse envejecer(...). Los resultados del estudio desmienten la creencia predominante en los países industrializados de que la mayor parte de estos gastos de atención médica obedecen a múltiples períodos “no controlados” de ausencia del trabajo, producidos por dolores de espalda no acompañados de “signos objetivos”. Los casos socialmente más relevantes son los que producen una ausencia laboral más prolongada y gastos de asistencia médica más cuantiosos. Esto se debe tomar en consideración en la formulación de las políticas de prevención y de salud y seguridad en el trabajo.

Resumiendo: existen numerosos factores que no se toman en consideración en las estadísticas de las enfermedades y lesiones profesionales y que pueden alterar el significado esencial de los datos y sesgar totalmente las conclusiones a las que llegan los responsables del sistema de indemnización de los trabajadores
y otros interesados. Este aspecto es particularmente relevante para quienes utilizan los datos para elaborar los programas de control del riesgo o para evaluar la urgencia de su aplicación.



miércoles, 3 de octubre de 2012

El “efecto del trabajador sano” (ETS) (II)

Por ejemplo, la reducción de la incidencia de los dolores lumbares con la edad no significa necesariamente que los traba- jadores mayores sean más resistentes a estos padecimientos; más bien significa que los trabajadores más predispuestos a padecer dolores de espalda (por ejemplo, los que padecen malforma- ciones, musculatura lábil o mal estado físico) han llegado a la conclusión que sus problemas son incompatibles con el levanta- miento de grandes pesos y han optado por otros tipos de trabajo
(Abenhaim y Suissa 1987).
Los datos utilizados en el estudio de Abenhaim y Suissa proceden de una muestra obtenida por el Workmen’s Compen- sation Board (Instituto de Indemnización de los Trabajadores) de Quebec de 2.532 trabajadores que habían perdido, como mínimo, un día de trabajo por causa de los padecimientos de espalda. El 74 % de trabajadores indemnizados que habían causado baja laboral durante menos de un mes contabilizaba el
11,1 % de las jornadas de trabajo perdidas, mientras que el 7,4 % de trabajadores que habían dejado de trabajar durante más de seis meses acumulaba el 68,2 % de las mismas. Este último grupo de trabajadores (el 0,1 % de la población activa) había generado el 73,2 % de los costes de asistencia médica y había recibido el 76 % de la suma total pagada en concepto de retribución e indemnización (un total de 125 millones de dólares en 1981). El coste medio generado por cada uno de estos pacientes ascendió a unos 45.000 dólares canadienses. La elevada incidencia registrada entre los varones (85 % de los casos) podría explicarse por el predominio del sexo masculino entre los trabajadores que realizan las tareas más propensas a producir lesiones de espalda. Otras posibles explicaciones, como la mayor vulnerabilidad de los varones o el mayor porcentaje de hombres que reclaman indemnización, son menos plausibles. Abenhaim y Suissa afirman lo siguiente:

martes, 2 de octubre de 2012

El “efecto del trabajador sano” (ETS) (I)

Existen pruebas convincentes de los efectos beneficiosos del trabajo sobre la salud y de la repercusión negativa del desempleo. Sin embargo, el concepto del ETS no implica que el trabajo sea bueno para la salud. Significa, más bien, que la población trabajadora es más sana que el conjunto de la población. Esto se debe tanto a la dificultad que tienen los enfermos crónicos, los afectados por serias discapacidades y las personas muy mayores para conseguir y conservar un trabajo, como a la circunstancia de que los menos capaces de afrontar los riesgos laborales se ven rápidamente desplazados de sus puestos de trabajo, lo que deja una población activa constituida por los trabajadores más sanos y aptos.
Los epidemiólogos expresan el efecto del trabajador sano como una submortalidad (o una submorbilidad) de los trabaja- dores en comparación con el conjunto de la población. Para los epidemiólogos que estudian las enfermedades en el ámbito de las empresas, es preciso reducir el peso de este efecto. En su artículo sobre el ETS, Choi (1992) no sólo aborda las causas, sino también los métodos de reducción de este sesgo de selección.
Para los ergónomos deben ser tomados en consideración factores extraprofesionales, como la escasez de medios económicos y los problemas familiares además de los factores asociados al trabajo, como la ausencia de incentivos profesionales y el temor de no reunir los requisitos exigidos por el puesto de trabajo. Si un trabajador abandona voluntariamente su empleo muy pronto —pocos días o semanas después de acceder al mismo— es preciso tomar en consideración la posibilidad de que la edad haya mermado su capacidad para satisfacer las exigencias del puesto de trabajo.

lunes, 1 de octubre de 2012

Objeciones a las reclamaciones (III)

En algunas jurisdicciones, los padres de un niño fallecido no pueden optar a indemnización si el trabajo infringía las normas sobre trabajo de menores.
Normalmente es también irrelevante la percepción de prestaciones de otra fuente. Los regímenes de indemnización por acci- dentes de trabajo suelen ser los primeros obligados al pago, por lo que el derecho a las prestaciones de otra fuente no opera como una excepción. No obstante, en algunas jurisdicciones hay disposiciones sobre reducción de las correspondientes prestaciones si se perciben algunas de otra fuente.
El impago de las cuotas por la empresa no representa un obstáculo a una reclamación en los regímenes de seguros sociales. En los regímenes administrados por compañías de seguros, el impago de las primas puede extinguir la responsabi- lidad del asegurador, dejando al reclamante únicamente con un derecho frente a la empresa.
Cuando es válida una objeción a una reclamación, suele tener el carácter de exclusión total del derecho. No obstante, algunas jurisdicciones disponen que ciertas objeciones tengan como efecto la reducción de las prestaciones. Por ejemplo, algunas jurisdicciones disponen que la conducta indebida de un traba- jador tenga el efecto de hacerle perder el derecho a las presta- ciones monetarias durante un período inicial de una semana o dos.

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