Se conocen los riegos que algunos nuevos productos químicos entrañan para la salud humana, y se concede una importancia especial a los experimentos biológicos a corto plazo y a la expo-ición prolongada de cobayas a los efectos de esas sustancias, con objeto de evaluar su potencial tóxico y cancerígeno. Es probable que la exposición de la población trabajadora se mantenga en unos niveles bajos en los países desarrollados, pero no existe idéntica seguridad respecto al uso de productos químicos en muchos otros países. Si bien existen pocas dudas de que estos productos contribuyen al incremento de los rendimientos agrícolas a corto plazo, además de permitir un mayor control de las enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria, no se sabe exactamente en qué condiciones de control se deben utilizar para que no menoscaben seriamente la salud de los trabajadores agrícolas y de las personas que consumen los alimentos así producidos. Aparentemente, en algunos países, su empleo ha producido intoxicaciones a un gran número de traba- jadores agrarios. Incluso en los países más desarrollados, la salud de los agricultores plantea problemas muy serios, debido a que su aislamiento y la falta de supervisión los expone a un riesgo real. La persistencia de la producción de ciertos productos químicos en países en los que su uso se encuentra prohibido, para su exportación a otros países en los que no existe tal prohi- bición, es un tema que debe destacarse.
Especial atención han merecido el proyecto y funcionamiento de los modernos edificios inteligentes y del equipo electrónico de oficina. Los movimientos repetitivos realizados de modo continuo se consideran generalmente causantes de trastornos que debilitan la salud.
Aunque la emisión de humo de tabaco en el lugar de trabajo no se considera, por sí misma, una causa de enfermedad profe- sional, podría crear problemas en el futuro, puesto que los no fumadores se muestran cada vez más intolerantes al respecto. Es probable que la presión por la venta de productos de tabaco en los países en desarrollo produzca en el futuro cercano una epidemia nunca vista de enfermedades. La exposición de los no fumadores a la contaminación producida por el humo del tabaco será objeto de creciente debate en el futuro y, en algunos países, ya se han dictado medidas legislativas al respecto. Particularmente grave es el peligro que corren los trabajadores del sector sanitario, que están expuestos a una extensa gama de productos químicos, agentes irritantes e infecciones. El SIDA y la hepatitis son buenos ejemplos.
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