Suelen producirse disfunciones en la asignación y delegación de funciones para la solución de los problemas de discapacidad. Las nuevas tareas se deben asignar con criterios que aseguren la adecuada coordinación del proceso, desde la producción de la lesión hasta la reincorporación al trabajo. Este elemento relativo
a los recursos humanos implica la posesión de conocimientos y destrezas o de una formación que permitan a los directivos y supervisores desempeñar las funciones asignadas. La responsabilidad es un concepto esencial que se ha de incorporar a la estructura de organización del programa de gestión de la disca- pacidad de la empresa.
El segundo elemento de un sistema óptimo de gestión de la discapacidad son las operaciones. Se incluyen en este concepto ciertos servicios, actividades y actuaciones que se producen antes, durante y después de la ocurrencia de la lesión. Entre los elementos anteriores a la lesión figuran unos programas eficaces de seguridad, la prestación de servicios ergonómicos, los métodos de selección previa a la colocación, los programas de prevención de siniestros y los comités paritarios. Todos ellos son de carácter preventivo y pueden incluir servicios de promoción de la salud y el bienestar, como los programas para la pérdida de peso, los grupos para estimular el abandono del tabaco y las clases de aerobic.
Entre los elementos coetáneos con la producción de la lesión hay que mencionar las políticas de actuación precoz, los servi- cios de gestión de casos, los programas formales de trabajo de transición, la acomodación de los lugares de trabajo, los programas de asistencia a los empleados y otros servicios de salud. El objetivo de estas actividades es solucionar los problemas de discapacidad que no han podido prevenirse antes de la lesión.
Los elementos que se desarrollan con posterioridad a la lesión en los programas óptimos de gestión de la discapacidad conciernen a los servicios de retención de los trabajadores, creados para facilitar la adaptación de éstos a las exigencias de los puestos, dentro de sus limitaciones físicas o mentales y en el marco de las condiciones ambientales. Esta fase de la actividad debe comprender igualmente la evaluación de los programas, la gestión financiera para lograr la eficacia en función del coste y la mejora de los programas.
El tercer elemento integrante de un sistema óptimo de gestión de la discapacidad son las comunicaciones, incluidas, tanto las inte- riores como las exteriores. En el ámbito interno, los aspectos operativos del programa de gestión de la discapacidad en la empresa se deben difundir de forma precisa y sistemática entre los trabajadores, supervisores, directivos y representantes de los trabajadores. Los documentos, procedimientos y políticas rectores de la actividad de reincorporación al trabajo se deben difundir en comunicaciones elaboradas por la dirección y la representación de los trabajadores.
Las comunicaciones externas permiten estrechar las rela- ciones de la empresa con los médicos ocupados del tratamiento, los gestores de siniestros, los prestadores de servicios de rehabilitación y los administradores de los sistemas de indemnización por accidentes de trabajo. La empresa puede contribuir a una pronta reincorporación al trabajo facilitando a los médicos una descripción funcional de los puestos de trabajo, de las medidas de seguridad en el trabajo y de las posibles opciones de trabajo de transición para los trabajadores lesionados.
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