sábado, 13 de abril de 2013

Plomo (II)

La cantidad de plomo excretada por la orina después de la administración de un agente quelante (p. ej., CaEDTA) refleja las reservas movilizables de plomo. En sujetos control, la cantidad excretada por orina en 24 horas después de la administración intravenosa de un gramo de EDTA no suele superar los 600 g. Parece que, bajo exposición constante, los valores de plomo capaces de experimentar quelación reflejan sobre todo la suma total de plomo en sangre y tejidos blandos, con sólo una pequeña fracción derivada de los huesos.
Se ha desarrollado una técnica de fluorescencia por rayos-X
para determinar la concentración de plomo en los huesos
(falanges, tibia, calcáneo, vértebras) pero, en la actualidad, el límite de detección de la misma limita su utilización a las personas con exposición profesional.
Se ha propuesto la determinación de plomo en el cabello como método para evaluar la reserva movilizable de este metal. Sin embargo, en el ámbito profesional, resulta difícil distinguir entre el plomo de incorporación endógena al cabello y el simple- mente adsorbido sobre su superficie.
Se ha utilizado la determinación de la concentración de plomo en la dentina que rodea la pulpa de los dientes de leche para calcular la exposición al plomo durante la primera infancia.
Para evaluar la intensidad de la exposición al plomo se pueden utilizar también parámetros que reflejen la interferencia de este metal en los procesos biológicos. Los parámetros biológicos empleados en la actualidad son la coproporfirina en orina
(COPRO-U), el ácido delta-aminolevulínico en orina (ALA-U), la protoporfirina eritrocitaria (EP, o protoporfirina zinc), el ácido delta-aminolevulínico dehidratasa (ALAD), y la pirimidi- na-5-nucleotidasa (P5N) en los eritrocitos. En situaciones esta- bles, los cambios en estos parámetros tienen una correlación positiva (COPRO-U, ALA-U, EP) o negativa (ALAD, P5N) con los niveles sanguíneos de plomo. La excreción urinaria de COPRO (sobre todo, el isómero III) y de ALA comienza a aumentar cuando la concentración sanguínea de plomo alcanza unos 40 g/100 ml. La protoporfirina eritrocitaria comienza a aumentar significativamente a niveles sanguíneos de plomo de unos 35 g/100 ml en varones y de 25 g/100 ml en mujeres. Una vez terminada la exposición profesional al plomo, perma- nece elevada de forma desproporcionada con relación a los niveles reales de plomo en sangre. En este caso, el nivel de EP tiene una mejor correlación con la cantidad de plomo susceptible de quelación excretado por la orina que con el plomo en sangre.
El déficit ligero de hierro también produce una concentración elevada de protoporfirina en los eritrocitos. Las enzimas de dichos eritrocitos, ALAD y P5N, son muy sensibles a la acción inhibitoria del plomo. Dentro del rango de niveles sanguíneos de plomo de 10 a 40 g/100 ml, existe una estrecha correlación negativa entre la actividad de ambas enzimas y el plomo en sangre.

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