Generalmente se establece un tope máximo tanto para el salario de referencia como para el de indemnización. Como justificación se aduce que los trabajadores con ganancias por encima del tope podrían, si lo desearan, asegurar esas ganancias suscribiendo ellos mismos las pólizas del seguro de accidentes y de enfermedad. No obstante, tal justificación nunca ha estado acorde con la realidad. En el mercado no hay pólizas utilizables por los trabajadores industriales que paguen prestaciones que compensen la pérdida de los niveles más altos de ganancias durante la incapacidad. Cuando el nivel salarial está sujeto a un tope y un trabajador sufre una incapacidad indemnizable con pérdida de ganancias, pero quedando aún ganancias por encima del tope, puede pensarse que la situación es injusta para el trabajador que sufre una pérdida de salario tras una incapacidad laboral y no está recibiendo indemnización. El problema puede evitarse apli- cando el tope al nivel de indemnización o compensando en rela- ción con el grado de deterioro físico independientemente de la pérdida efectiva de ganancias o no imponiendo tope alguno.
Otro problema que plantea el tope sobre el salario de refe- rencia consiste en que suele utilizarse también para establecer el nivel de ganancias sobre el que han de pagarse las primas o cuotas. Por ejemplo, si el tope es de 50.000 unidades monetarias por año, esto significa que el nivel máximo de indemnización será un porcentaje de 50.000 unidades por año. La prima o cuota pagada por la empresa será un determinado porcentaje de la nómina, pero con un tope de 50.000 unidades por año. Este puede ser uno de los factores que induzcan a la empresa a requerir la realización regular de horas extraordinarias en lugar de incrementar la plantilla. Por tanto, puede considerarse contraproducente en términos de política social, de estrés laboral y de rehabilitación de los trabajadores incapacitados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario