Se realizan actualmente esfuerzos por establecer la comparabilidad internacional de las estadísticas. Ejemplo plausible de estos esfuerzos es la fórmula única para los países europeos. Se han adoptado directivas que recogen las prácticas actuales y que se basan en la frecuencia o gravedad de los casos por sectores económicos, por agentes físicos o químicos, o por las circunstancias que rodean el accidente.
Esta fórmula no se desvía sustancialmente de las prácticas actuales, como la seguida por la CNA suiza, por lo que no cabe esperar que permita superar los sesgos ya indicados. En todo caso, las autoridades suizas han reaccionado de modo favorable a las nuevas disposiciones sobre la participación de los especialistas en la salud y seguridad en el trabajo en el ámbito de la empresa, especialmente a la idea de que la información sobre el riesgo, en lugar de depender tan sólo de las estadísticas de las compañías de seguros, provenga también de estudios epidemiológicos rigurosos.
Los Estados miembros de la Unión Europea parecen haberse adherido al principio de una fórmula uniforme para la recogida de datos. En cambio, en Estados Unidos, un estudio recientemente realizado ha puesto de manifiesto que el proyecto de creación de un banco de datos de los casos amparados por el seguro no tiene idénticas posibilidades de prosperar, según Johnson y Schmieden (1992), a pesar de la dimensión de la población asegurada y de los gastos realizados por las compañías de seguros.
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