En algunas jurisdicciones, las prestaciones monetarias no se ajustan automáticamente a la inflación, por lo que sus valores se deterioran con el tiempo, salvo los ajustes ocasionales que se aprueben. En otras, las prestaciones tienen un valor estable, puesto que se revisan de acuerdo con la inflación. Este sistema puede adoptar dos formas. En la primera se revisan los pagos por nuevos derechos, incluido el tope. En la segunda se revisan los pagos habituales que se hacen por derechos anteriores. El factor de revisión puede aplicarse directamente a las prestaciones o al nivel salarial al que se tiene derecho, con los ajustes consiguientes de las prestaciones.
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