Los  rápidos  avances  en  las  técnicas  de  genética  molecular,  la creciente  rapidez  de  conocimiento  de  la  secuencia  del  genoma humano  y  la  identificación  del  papel  de  los  genes  supresores tumorales y de los protooncogenes en la carcinogénesis humana suscitan  problemas  éticos  en  la  interpretación,  comunicación  y utilización de este tipo de información personal. El rápido avance de las técnicas de análisis de los genes humanos pronto permitirá la  identificación  de  más  genes  de  sensibilidad  hereditaria  en individuos   sanos   asintomáticos   (US   Office   of   Technology Assessment,   1990),   lo   que   llevará   a   su   utilización   en   la exploración genética selectiva.
Surgirán muchas preguntas de contenido social y ético si la aplicación  de  la  exploración  genética  selectiva  se  convierte pronto en una realidad. Ya en el momento actual se sospecha la existencia de unos 50 rasgos genéticos metabólicos, de polimor- fismo enzimático y de reparación de ADN en las sensibilidades a enfermedades  específicas,  y  existe  una  prueba  diagnóstica  con ADN para unas 300 enfermedades genéticas. ¿Debe procederse
a  una  exploración  genética  selectiva  en  el  lugar  de  trabajo? ¿Quién decide las personas que se han de someter a ella? ¿Cómo se utilizará la información en la toma de decisiones referentes al empleo?  ¿Quién  tendrá  acceso  a  la  información  obtenida? ¿Cómo se comunicarán los resultados a la persona o personas   
 afectadas? Muchas de estas preguntas están estrechamente rela- cionadas  con  las  normas  sociales  y  con  los  valores  éticos vigentes. El principal objetivo debe ser la prevención de la enfer- medad  y  del  sufrimiento  humano,  pero  se  ha  de  mantener  el respeto a la voluntad y a las premisas éticas del individuo. En la Tabla  27.7  se  presentan  algunas  de  las  cuestiones  éticas  perti- nentes que se deben responder adecuadamente antes de iniciar cualquier estudio de biocontrol en el lugar de trabajo, y que se analizan también en el capítulo Aspectos éticos.
Es preciso dedicar tiempo y esfuerzos a la fase de planifica- ción  de  cualquier  estudio  de  biocontrol  genético,  y  hay  que conseguir   que   todas   las   partes   implicadas   —trabajadores, empresas, y personal médico del lugar de trabajo— estén bien informadas  con  carácter  previo  y  conozcan  también  los  resul- tados a la conclusión del estudio. Con una atención adecuada y unos  resultados  fiables,  el  biocontrol  genético  contribuirá  a garantizar unos lugares de trabajo más seguros y a mejorar la salud de los trabajadores.
 
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