En muchas jurisdicciones, el mayor volumen de reclamaciones impugnadas de indemnización por accidentes de trabajo corres- ponden a casos de dolencias de espalda. Lo normal es que el trabajador sufra un dolor agudo a consecuencia del levantamiento de un peso o una torcedura durante el trabajo. A veces, le sigue un dolor crónico.
Las reclamaciones por dolencias de espalda suelen tratarse de una de las tres maneras siguientes:
1. Se acepta la reclamación y se paga de la manera ordinaria mientras dura la incapacidad. Este sistema es muy común, ya que la mayoría de las dolencias de espalda se curan en el plazo de un mes.
2. Se deniega la reclamación.
3. Se acepta la reclamación durante un período inicial. Pasado dicho plazo se suprimen las prestaciones por considerar que la continuación de la incapacidad se debe más bien a una enfermedad subyacente que a una enfermedad que tenga su causa en el trabajo. Normalmente, los informes médicos diagnostican una enfermedad degenerativa de la espina dorsal, frecuente entre la población general.
El dilema primordial en los casos de dolencias de espalda suele consistir en que no hay manera científica alguna de determinar la importancia causal a largo plazo de cualquier hecho sucedido en el trabajo o de la pauta ordinaria de trabajo en comparación con la degeneración natural u otros factores causantes. Los casos de dolencias de espalda ilustran gráficamente las dificultades que plantea la indemnización o no por referencia a la causa de la incapacidad.
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