A menudo se les obliga a manejar objetos que incluso los adultos considerarían demasiado voluminosos o pesados.
A causa de su continuo crecimiento y desarrollo, los niños difieren biológicamente de los adultos. Estas diferencias no han sido cuantificadas, pero es razonable suponer que la mayor rapidez en la división celular unida a su proceso de crecimiento les hace más vulnerables a numerosos agentes tóxicos. La exposi- ción en las primeras etapas de la vida a sustancias de este tipo, con largos períodos de latencia, puede generar la aparición de enfermedades profesionales crónicas causantes de discapacidad, como la asbestosis y el cáncer en la juventud, más que en edades avanzadas; además, hay datos que indican que la exposición durante la infancia a productos químicos tóxicos puede alterar la respuesta a futuras exposiciones tóxicas (Weisburger y cols. 1966).
En la Tabla 24.1 se resume información sobre algunos de los agentes peligrosos a los que pueden estar expuestos los niños que trabajan, clasificados en función de las fuentes de exposición y los tipos de consecuencias para la salud. Cabe señalar que estas consecuencias pueden agravarse si los niños expuestos sufren desnutrición, anemia o alguna enfermedad crónica. Por último, la falta de asistencia médica primaria, por no mencionar los servicios de salud en el trabajo con algún grado de especialización, reduce la probabilidad de que estas consecuencias sean reconocidas inmediatamente y tratadas con eficacia.
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