domingo, 17 de abril de 2011

Aplicaciones prácticas del control biológico: Factores de interferencia (II)

Se dispone de menos datos acerca de los posibles efectos de los fármacos sobre los niveles de los indicadores biológicos. Se ha demostrado que la aspirina puede interferir en la transforma- ción biológica de xileno en ácido metilhipúrico, y que el fenilsa- licilato, fármaco muy utilizado como analgésico, puede aumentar de forma significativa los niveles urinarios de los fenoles. El consumo de antiácidos con aluminio puede elevar los niveles plasmáticos y urinarios de este metal.
Se han observado diferencias marcadas en distintos grupos étnicos en cuanto al metabolismo de disolventes muy utilizados, como el tolueno, el xileno, el tricloroetileno, el tetracloroetileno y el metilcloroformo.
Estados patológicos adquiridos pueden modificar los niveles de los indicadores biológicos. El órgano crítico puede compor- tarse de forma anómala con respecto a las pruebas de control biológico, debido tanto a la acción específica del agente tóxico como a otras razones. Un ejemplo de situaciones del primer tipo es el comportamiento de los niveles urinarios de cadmio: cuando se produce una enfermedad tubular causada por el cadmio, la excreción urinaria aumenta mucho y los niveles de la prueba ya no reflejan el grado de exposición. Un ejemplo del segundo tipo de situación es el aumento de los niveles de protoporfirina eritro- citaria observado en los sujetos con déficit de hierro y sin absor- ción anormal de plomo.
Modificaciones fisiológicas de los medios biológicos la orina, por ejemplo, en los que se basan las determinaciones de los indicadores biológicos, pueden modificar los valores de la prueba. Con fines prácticos, sólo es posible obtener muestras puntuales de orina de los individuos durante el trabajo, y dado que la densidad de estas muestras puede variar, significa que los niveles del indicador pueden fluctuar mucho en el curso de un sólo día.
Para obviar esta dificultad es aconsejable eliminar las mues- tras excesivamente diluidas o concentradas, según unos valores de densidad relativa o de creatinina seleccionados. En particular, se debe desechar la orina con una densidad relativa inferior a
1.010 o superior a 1.030, o con una concentración de creatinina inferior a 0,5 g/l o superior a 3,0 g/l. Diversos autores proponen también ajustar los valores de los indicadores de acuerdo con la densidad relativa o expresar esos valores de acuerdo con el contenido urinario de creatinina.
Los cambios patológicos en los medios biológicos también afectan considerablemente a los valores de los indicadores bioló- gicos. Por ejemplo, en los sujetos anémicos expuestos a metales
(mercurio, cadmio, plomo, etc.), los niveles sanguíneos del metal pueden ser inferiores a los que serían de esperar de acuerdo con la exposición; ello es debido al bajo número de eritrocitos existentes para transportar el metal tóxico por la circulación sanguínea.
Por tanto, cuando las determinaciones de sustancias tóxicas o de sus metabolitos unidos a los eritrocitos se realizan en sangre total, siempre es aconsejable determinar el hematócrito, que proporciona una medida del porcentaje de células sanguíneas en la sangre total.

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