viernes, 18 de julio de 2008

EDUCACION Y FORMACION DE LOS TRABAJADORES: Conclusión

En este artículo se ha expuesto la necesidad cada vez mayor de preparar a los trabajadores para que participen en los esfuerzos de prevención de las lesiones y las enfermedades que se producen en los lugares de trabajo, así como el papel decisivo que desempeñan como defensores de la salud y la seguridad. Se ha examinado el papel de la formación de capacitación en respuesta a las necesidades, y los principios y tradiciones educativas que contribuyen a este enfoque. Por último, se ha descrito paso a paso el proceso educativo necesario para alcanzar los objetivos de la participación y la capacitación de los trabajadores.
Este enfoque de la educación centrado en el alumno supone una nueva relación entre los profesionales de la salud y la seguridad en el trabajo y los trabajadores. El aprendizaje no puede seguir siendo una vía unidireccional, en la que el “experto” imparte el saber a los “alumnos”; el proceso educativo constituye una asociación. Es un proceso dinámico de comunicación que utiliza las destrezas y conocimientos de los trabajadores. El aprendizaje se produce en todas direcciones: los trabajadores aprenden de los formadores; éstos aprenden de aquéllos, y unos aprenden de otros (véase la Figura 18.2).
Para que la asociación tenga éxito, los trabajadores deben participar en las distintas fases del proceso educativo y no sólo en el aula. Han de participar en el quién, qué, dónde, cuándo y cómo de la formación: ¿quién diseñará e impartirá la formación?, ¿qué se enseñará?, ¿quién la pagará?, ¿quién podrá acceder a ella?, ¿dónde y cuándo tendrá lugar?, ¿qué necesi- dades satisfará y cómo se medirán sus resultados?

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