Mientras que en muchos países los servicios de rehabilitación médica y profesional pueden apoyarse en una red institucional más o menos extensa, en algunos, incluso entre los más industrializados, no existe aún una estructura similar que se ocupe de promover la integración de los discapacitados en el empleo. Además, así como en algunos países existen modelos sumamente válidos que, en ciertos casos, llevan años funcionando, los servicios de empleo de la mayoría de los países, con algunas excepciones localizadas en Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Alemania, no se han incorporado todavía a los respectivos sistemas nacionales de asistencia a los discapacitados.
Aunque, en muchos países, la colocación de los discapacitados forma parte, preceptivamente, de la política general de empleo, el aumento del nivel de desempleo suele impedir a la administra- ción pública el cumplimiento de esta obligación suya. Tal situación se recrudece en muchos casos por la falta de personal debidamente cualificado, capaz de armonizar los deseos y posi- bilidades de los discapacitados con las exigencias del mundo del trabajo. La creación de servicios de apoyo al empleo constituye, por otra parte, una reacción al creciente fracaso del concepto tradicional de “formar para colocar”, inherente a la rehabilita- ción profesional institucionalizada. A pesar de los programas rigurosos y, a veces, eficaces de rehabilitación médica y profe- sional, la incorporación al trabajo sin una asistencia comple- mentaria es cada día más difícil.
Aquí es donde se manifiesta la necesidad de contar con servi- cios especializados de apoyo al empleo. Allí donde se han creado este tipo de servicios, se ha producido una ingente demanda por parte de los discapacitados y sus familias. Se trata de servicios particularmente necesarios y útiles como vínculos institucionales entre los centros de trabajo y las escuelas, los centros de rehabili- tación, los talleres protegidos y otras instalaciones destinadas a la rehabilitación de los discapacitados. Por lo demás, su nacimiento está vinculado a la experiencia de que son muchos los discapacitados que precisan apoyo y asistencia no sólo en la fase de acceso al empleo, sino también durante la etapa de integración en el lugar de trabajo. Algunas grandes empresas cuentan con servi- cios propios de asistencia interna que se responsabilizan de la integración de los trabajadores recién contratados y de la permanencia en su puesto de trabajo de los antiguos trabaja- dores discapacitados.
Aunque, en muchos países, la colocación de los discapacitados forma parte, preceptivamente, de la política general de empleo, el aumento del nivel de desempleo suele impedir a la administra- ción pública el cumplimiento de esta obligación suya. Tal situación se recrudece en muchos casos por la falta de personal debidamente cualificado, capaz de armonizar los deseos y posi- bilidades de los discapacitados con las exigencias del mundo del trabajo. La creación de servicios de apoyo al empleo constituye, por otra parte, una reacción al creciente fracaso del concepto tradicional de “formar para colocar”, inherente a la rehabilita- ción profesional institucionalizada. A pesar de los programas rigurosos y, a veces, eficaces de rehabilitación médica y profe- sional, la incorporación al trabajo sin una asistencia comple- mentaria es cada día más difícil.
Aquí es donde se manifiesta la necesidad de contar con servi- cios especializados de apoyo al empleo. Allí donde se han creado este tipo de servicios, se ha producido una ingente demanda por parte de los discapacitados y sus familias. Se trata de servicios particularmente necesarios y útiles como vínculos institucionales entre los centros de trabajo y las escuelas, los centros de rehabili- tación, los talleres protegidos y otras instalaciones destinadas a la rehabilitación de los discapacitados. Por lo demás, su nacimiento está vinculado a la experiencia de que son muchos los discapacitados que precisan apoyo y asistencia no sólo en la fase de acceso al empleo, sino también durante la etapa de integración en el lugar de trabajo. Algunas grandes empresas cuentan con servi- cios propios de asistencia interna que se responsabilizan de la integración de los trabajadores recién contratados y de la permanencia en su puesto de trabajo de los antiguos trabaja- dores discapacitados.
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