Los disolventes orgánicos son en general volátiles en condiciones normales, aunque la volatilidad varíe de unos a otros. Por tanto, la principal vía de exposición en el ámbito industrial es la inhalación. La tasa de absorción por la pared alveolar pulmonar es mucho más alta que por la pared del tracto gastrointestinal; para muchos disolventes habituales, como el tolueno, se considera normal una tasa de absorción pulmonar de un 50 %. Algunos, como el disulfuro de carbono y la N,N-dimetilformamida en estado líquido, pueden atravesar la piel intacta del ser humano en cantidades suficientes para ser tóxicas.
Cuando se absorben estos disolventes, una parte se exhala con la respiración sin sufrir biotransformación alguna, pero la mayor parte se distribuye por los órganos y tejidos ricos en lípidos como consecuencia de su lipofilia. La biotransformación tiene lugar principalmente en el hígado (y, en menor grado, en otros órganos), haciéndose la molécula de disolvente más hidrófila, normalmente por un proceso de oxidación seguido de conjuga- ción, y siendo excretada por los riñones a la orina en forma de metabolitos. Una pequeña parte se puede eliminar sin cambiosparte se distribuye por los órganos y tejidos ricos en lípidos como consecuencia de su lipofilia. La biotransformación tiene lugar principalmente en el hígado (y, en menor grado, en otros órganos), haciéndose la molécula de disolvente más hidrófila, normalmente por un proceso de oxidación seguido de conjuga- ción, y siendo excretada por los riñones a la orina en forma de metabolitos. Una pequeña parte se puede eliminar sin cambios disminuir a la mitad su concentración original, es un parámetro cuantitativo. Así, los disolventes desaparecen del aire exhalado mucho antes que sus correspondientes metabolitos de la orina, lo que significa que tienen una semivida mucho más corta. Dentro de los metabolitos urinarios, el semiperíodo biológico varía dependiendo de la rapidez con que se metabolice el compuesto original, de modo que, con frecuencia, el momento del muestreo en relación con la exposición tiene una impor- tancia crítica (véase más adelante). Un tercer aspecto que se ha de tener en cuenta al elegir un material biológico es la especifi- cidad de la sustancia química objeto del análisis en relación con la exposición. Por ejemplo, el ácido hipúrico es un marcador de exposición al tolueno utilizado desde hace mucho tiempo, pero no sólo se forma naturalmente en el organismo, sino que también puede proceder de fuentes no laborales, como algunos aditivos de los alimentos, por lo cual ya no se considera como un marcador fiable cuando la exposición al tolueno es baja (inferior a 50 cm3/m3). En términos generales, los metabolitos urinarios han sido los más utilizados como indicadores de exposición a diversos disolventes orgánicos. El disolvente en la sangre se analiza como medida cualitativa de exposición, porque suele permanecer menos tiempo en la misma y refleja mejor la exposi- ción aguda, mientras que el disolvente en el aire exhalado es difícil de utilizar para calcular la exposición promedio, ya que su concentración en el aliento disminuye con mucha rapidez una vez concluida la exposición. El disolvente en la orina resulta prometedor como medida de la exposición, pero necesita su validación.
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