Los disolventes orgánicos son volátiles y generalmente solubles en las grasas corporales (lipofílicos), aunque algunos, como el metanol y la acetona, son asimismo hidrosolubles (hidrofílicos). Se utilizan mucho, no sólo en la industria, sino también en productos de consumo, como pinturas, tintas, diluyentes, desen- grasantes, agentes de limpieza en seco, quitamanchas, repelentes y similares. Aunque en relación con ellos es posible aplicar el control biológico para detectar posibles efectos sobre la salud, como los que afectan al hígado y al riñón, desde el punto de vista de la vigilancia de la salud de los trabajadores expuestos profesio- nalmente es preferible utilizar el mencionado control biológico para controlar la “exposición”, no para proteger la salud, dado que se trata de un método lo bastante sensible para alertar mucho antes de que se produzcan tales efectos. También la exploración selectiva de los trabajadores para la detección de los que presentan una sensibilidad elevada (véase la sección sobre los marcadores de “sensibilidad”) a la toxicidad por disolventes puede contribuir a la protección de su salud.
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