domingo, 17 de agosto de 2014

Distribución del tiempo libre en el sistema de turnos

La distribución del tiempo libre entre turnos consecutivos repercute considerablemente en aspectos como el sueño, la fatiga y el bienestar, así como en la vida familiar y social y la satisfacción general del trabajador con el sistema de turnos. Si median únicamente ocho horas entre el final de una jornada y el comienzo de la siguiente, se reducen las horas de sueño y la fatiga se incrementa en el turno siguiente (Knauth y Rutenfranz 1972; Saito y Kogi 1978; Knauth y cols. 1983; Totterdell y Folkard 1990).

Demasiadas jornadas laborales sucesivas pueden provocar una acumulación de fatiga y, en su caso, una sobreexposición a los efectos de sustancias tóxicas (Bolt y Rutenfranz 1988). No es fácil fijar un límite máximo al número de jornadas de trabajo consecutivas, debido a la variabilidad de la carga de trabajo, la planificación de las pausas y la exposición a condiciones ambien- tales desfavorables. Con todo, Koller y cols. (1991) recomiendan fijar el límite de jornadas de trabajo consecutivas entre 5 y 7.
El descanso de fin de semana reviste particular importancia. Pátkei y Dahlgren (1981) han estudiado el grado de satisfacción con diferentes sistemas de turnos de rotación rápida. Se halló que el nivel de satisfacción con un sistema de turnos de siete días con tres a cinco días de semana libres era sensiblemente mayor que con un sistema con sólo dos días libres. Los autores postulan que “la duración del tiempo libre puede constituir un factor determinante del atractivo de los turnos de rotación rápida”. Por otra parte, los días de descanso del primer sistema de turnos se compensaban con períodos adicionales de vacaciones durante el año.

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