Las cuestiones y los conflictos éticos en el campo de la medicina del trabajo pueden enfocarse utilizando los dos paradigmas éticos clásicos: ética consecuencialista o ética deontológica. La ética consecuencialista se centra en lo que es bueno o malo, perjudicial
o útil en función de sus consecuencias. Por ejemplo, la ambición social expresada como el principio de maximizar los beneficios para el mayor número de miembros de una comunidad es un reflejo de la ética consecuencialista. La característica distintiva de la ética deontológica es que considera obligatorias determinadas acciones o conductas humanas como, por ejemplo, decir siempre la verdad —el principio de la veracidad— con independencia de sus consecuencias. El deontólogo considera que los principios morales son absolutos y nos imponen el deber absoluto de respe- tarlos. Estos dos paradigmas de la filosofía moral básica pueden utilizarse, por separado o conjuntamente, para valorar las activi- dades o conductas humanas desde un punto de vista ético.
o útil en función de sus consecuencias. Por ejemplo, la ambición social expresada como el principio de maximizar los beneficios para el mayor número de miembros de una comunidad es un reflejo de la ética consecuencialista. La característica distintiva de la ética deontológica es que considera obligatorias determinadas acciones o conductas humanas como, por ejemplo, decir siempre la verdad —el principio de la veracidad— con independencia de sus consecuencias. El deontólogo considera que los principios morales son absolutos y nos imponen el deber absoluto de respe- tarlos. Estos dos paradigmas de la filosofía moral básica pueden utilizarse, por separado o conjuntamente, para valorar las activi- dades o conductas humanas desde un punto de vista ético.
No hay comentarios:
Publicar un comentario