Como se ilustra en la Figura 17.3, la percepción que tanto las personas afectadas por una pérdida auditiva de origen profesional como sus allegados tienen de su situación constituye un factor clave en los casos de minusvalía. En los métodos de rehabilitación que se describen en el presente estudio se ha tenido muy en cuenta dicho factor.
No obstante, la aplicación concreta de estos métodos es una función del contexto sociocultural específico, dado que la percepción de estos fenómenos puede variar de uno a otro. Incluso en el contexto sociocultural en que se desarrollaron las técnicas anteriormente descritas puede ser preciso introducir modificaciones significativas. Por ejemplo, el programa desti- nado a las personas afectadas por una pérdida auditiva de origen profesional y a sus cónyuges (Getty y Hétu 1991) se ensayó con una población de varones afectados.
Probablemente se precisarían estrategias diferentes en el caso de una población de mujeres afectadas, sobre todo si se toman en consideración las distintas funciones que varones y mujeres desempeñan en las relaciones conyugales y paternofiliales (Hétu, Jones y Getty 1993).
Sería igualmente preciso introducir modificaciones ad hoc en otros contextos culturales distintos del norteamericano, en el que se desarrollaron los métodos. Con todo, el esquema conceptual propuesto (Figura 17.2) puede servir para orientar eficazmente cualquier medida de rehabilitación de las personas afectadas por una pérdida auditiva de origen profesional.
Por otra parte, si este tipo de medidas se aplican en gran escala, contribuyen en gran medida a prevenir la propia pérdida auditiva. De hecho, los aspectos psicosociales de la pérdida audi- tiva de origen profesional dificultan tanto la rehabilitación (Figura 17.3) como la prevención.
Además de que la percepción distorsionada de los problemas de audición demora su reconocimiento, la ocultación del problema por parte de los individuos seriamente afectados refuerza la impresión generalizada de que se trata de un fenó- meno infrecuente y relativamente inocuo, incluso en los lugares de trabajo más ruidosos. Esto impide que tanto las empresas como los trabajadores expuestos al riesgo perciban la pérdida auditiva producida por el ruido como un grave problema de salud; y es la causa de que no exista una conciencia real de la necesidad de adoptar medidas de protección en los lugares de trabajo más ruidosos.
Por otra parte, las personas que ya padecen una discapacidad auditiva y que reconocen el problema son ejemplos ilustrativos de la gravedad de la situación. Por tanto, la rehabilitación debe constituir el primer paso de una política de prevención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario