La solución de esta crisis de relación precisa el esfuerzo de ambos miembros de la pareja, que necesitan:
• información sobre el origen auditivo del problema;
• apoyo psicosocial;
• aprendizaje del empleo de medios complementarios de comunicación.
Sobre la base de estos datos, se ha elaborado un programa de rehabilitación destinado a los pacientes y a sus cónyuges (Getty y Hétu 1991, Hétu y Getty 1991a). Su objetivo es fomentar la investigación de la solución de los problemas provocados por la pérdida auditiva, teniendo en cuenta la pasividad y la margina- ción social característicos de los aquejados por la misma.
Puesto que el estigma que la sordera produce es la causa principal de este tipo de comportamientos, era imprescindible crear un entorno propicio para la recuperación de la autoestima, que indujese a las personas afectadas a buscar decididamente solu- ciones a sus problemas de audición.
El estigma de la sordera sólo se puede borrar si se convence a los demás de que se es una persona normal a pesar del déficit auditivo. Los trabajadores consultados sobre la ayuda más efec- tiva que se puede prestar a los compañeros con deficiencias auditivas han sugerido que el medio más eficaz para alcanzar este objetivo consiste en conocer a otras personas con idénticos problemas. Sin embargo, es preciso que estos contactos tengan lugar fuera del lugar de trabajo, precisamente para evitar el riesgo de que el estigma se acentúe (Hétu, Getty y Waridel 1994).
Esta realidad se ha tenido en cuenta en el desarrollo del programa de rehabilitación anteriormente mencionado, y las reuniones con los afectados tuvieron lugar en un servicio de salud comunitario (Getty y Hétu 1991). La selección de los participantes constituía uno de los elementos fundamentales del programa, dadas la pasividad y la automarginación de la población destinataria del programa. Por tanto, varias enfermeras de empresa se reunieron inicialmente con los aquejados por la pérdida auditiva y con sus cónyuges en el domicilio de éstos. Al término de la conversación, centrada en los problemas de audición y sus efectos, se invitó a las parejas a participar en una serie de cuatro reuniones semanales vespertinas de dos horas de dura- ción. Las reuniones se desarrollaron según un calendario rígido, centrado en los objetivos de información, apoyo y formación establecidos en el programa. Los participantes fueron posterior- mente objeto de un seguimiento dirigido a facilitar su acceso a los servicios audiológicos y a las prótesis auditivas. Tres meses después de la última reunión semanal, tuvo lugar otro encuentro con los participantes.
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