Además de la participación en la negociación colectiva, una de las principales actividades de los sindicatos en muchos países es su labor política. Esta puede adoptar la forma de la representa- ción directa, basada en la asignación de escaños en ciertos parlamentos (p. ej., Senegal) y en la intervención en órganos tripartitos que participan en la formulación de la política económica y social nacional (p. ej., Austria, Francia, Países Bajos), o que desempeñan un papel consultivo en los ámbitos del trabajo y los asuntos sociales (p. ej., muchos países de América Latina y algunos de Africa y Asia). En la Unión Europea, las federaciones sindicales han tenido un efecto importante en la formulación de la política social. Habitualmente, los sindicatos influyen mediante el ejercicio del poder (respaldado por la amenaza de huelga) y de presiones sobre los responsables de la toma de deci- siones políticas a escala nacional. No cabe duda de que han tenido éxito en su lucha por lograr una mayor protección legislativa para los trabajadores en todo el mundo; sin embargo, algunos creen que ésta ha sido una victoria agridulce, ya que, a largo plazo, socava la justificación de su existencia. A menudo, los objetivos y los problemas abordados mediante la acción polí- tica sindical han trascendido con mucho otros intereses más limitados. Un ejemplo fundamental de esta tendencia consiste en la lucha contra el apartheid en Sudáfrica y la solidaridad interna- cional expresada por los sindicatos de todo el mundo mediante las palabras y los hechos (p. ej., el boicot de los trabajadores portuarios al carbón importado de Sudáfrica). Obviamente, la actitud, al ataqueoa la defensiva, de la actividad política sindical dependerá en gran medida de que el Gobierno en el poder sea favorable o contrario a la actuación de los sindicatos. Asimismo, dependerá de la relación de los sindicatos con los partidos políticos; algunos, sobre todo en Africa, participaron en la lucha de su país para lograr la independencia y mantienen una vincula- ción muy estrecha con los partidos políticos en el poder. En ciertos países, existe una interdependencia tradicional entre el movimiento sindical y un partido político (p. ej., Australia, Reino Unido), mientras que en otros, las alianzas pueden modificarse con el tiempo. En cualquier caso, el poder de los sindicatos suele exceder a lo que podría esperarse de su fuerza numérica, sobre todo cuando representan a los trabajadores de la función pública o de sectores económicos clave como el transporte o la minería.
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