Las bases de datos sobre seguridad amplias a las que puede accederse a través de grandes ordenadores y se mantienen accesibles siempre que éstos estén conectados a las mismas se denominan en línea. Las organizaciones que gestionan sistemas en línea se conocen como “servidores” (Takala y cols. 1992). Hasta fecha reciente, las bases de datos en línea han constituido el único medio viable para almacenar y difundir la información mediante medios magnéticos que permiten la utilización de ordenadores y software de búsqueda, especialmente diseñado para la recupera- ción y la carga de datos (Wood, Philipp, y Colley 1988). Casi todas las personas que tiene acceso a un terminal de vídeo (o microordenador) y a una línea de telecomunicación (datos o teléfono) puede hacer uso de una base de datos en línea.
Debido a la proliferación de los servicios comerciales disponibles en línea desde principios del decenio de 1970, ha mejorado la accesibilidad a la información. Se ha estimado que en 1997 había en el mundo más de 6.000 bases de datos disponibles para la recuperación de información que cubren una amplia gama de campos y contienen más de 100 millones de referencias. Además, existen más de 2.300 fuentes en CD-ROM, incluido un número cada vez mayor de CD-ROM de textos completos.
Los servicios en línea, que comenzaron con las bases de datos bibliográficas, dependen de enormes ordenadores centrales con costes de instalación y mantenimiento elevados. A medida que aumenta el volumen de información y el número de usuarios, simplemente la actualización del sistema exige una inversión elevada.
Debido a la proliferación de los servicios comerciales disponibles en línea desde principios del decenio de 1970, ha mejorado la accesibilidad a la información. Se ha estimado que en 1997 había en el mundo más de 6.000 bases de datos disponibles para la recuperación de información que cubren una amplia gama de campos y contienen más de 100 millones de referencias. Además, existen más de 2.300 fuentes en CD-ROM, incluido un número cada vez mayor de CD-ROM de textos completos.
Los servicios en línea, que comenzaron con las bases de datos bibliográficas, dependen de enormes ordenadores centrales con costes de instalación y mantenimiento elevados. A medida que aumenta el volumen de información y el número de usuarios, simplemente la actualización del sistema exige una inversión elevada.
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