Independientemente de la eficacia de la formación para alcanzar los objetivos previstos, su efecto disminuirá con el tiempo si no se le presta un apoyo regular y coherente en el lugar de trabajo. Tal apoyo debe ser una tarea habitual de los supervisores, directivos y los comités conjuntos de salud y seguridad. Puede prestarse mediante la realización de controles regulares de la actuación en el puesto de trabajo, el reconocimiento de la actuación correcta o la utilización rutinaria de reuniones breves, anuncios y carteles para recordar lo aprendido.
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