Los dirigentes sindicales suelen estar profundamente arraigados en la sociedad en que actúan y pueden ser asociados valiosos en la promoción de la selección, contratación y empleo continuado de los discapacitados. Una de las primeras cosas que pueden
hacer es elaborar una declaración de política sobre los derechos de los discapacitados al empleo. El paso siguiente consistiría en la educación de los afiliados y la elaboración de un plan de actua- ción en apoyo de la política adoptada. Los sindicatos pueden reivindicar los derechos de los trabajadores discapacitados en un ámbito más amplio mediante la promoción, el seguimiento y el apoyo de las medidas legislativas pertinentes. En el lugar de trabajo, deben instar a la dirección a elaborar políticas e iniciar actuaciones orientadas a eliminar las barreras al empleo de los discapacitados. Pueden, además, colaborar en las acomodaciones precisas de los puestos de trabajo y, a través de los convenios labo- rales, tutelar y defender los derechos de los trabajadores discapa- citados en todos los aspectos del empleo.
Los sindicatos pueden asociarse con empresas, ministerios, organizaciones no gubernamentales y asociaciones con objeto de aplicar programas destinados a fomentar la selección, contra- tación y trato equitativo en el empleo de las personas discapaci- tadas. Los delegados sindicales pueden acceder a los órganos rectores y ofrecer sus conocimientos a las organizaciones de ámbito comunitario que trabajan con los discapacitados. Pueden, igualmente, fomentar la conciencia de los afiliados y, cuando, a su vez, contratan personal, pueden dar ejemplo de conducta justa y equitativa.
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