lunes, 21 de enero de 2008

Evaluación de la formación

El fin de la evaluación de la formación es bastante simple; consiste en establecer si se han alcanzado sus objetivos, y, en tal caso, si se ha resuelto así el problema considerado al fijarlos. Es necesario comenzar a preparar la evaluación de la formación ya en la etapa de diseño. Es decir, el problema que va a abordarse mediante la formación debe estar claro, sus objetivos han de ser concretos y debe conocerse la situación previa al inicio de la formación. Así, si el problema afrontado consiste en un cumpli- miento deficiente de las prácticas de trabajo seguras en las opera- ciones de manipulación de materiales, y se ha diseñado la formación para abordar parte de este problema suministrando información y proporcionando cualificación, por ejemplo, a los operarios de carretillas elevadoras, un resultado positivo en este caso consistirá en conseguir un alto grado de cumplimiento de las prácticas de trabajo seguras y apropiadas.
La evaluación de la formación puede llevarse a cabo a varios niveles. En un primer nivel, se estudian las reacciones de los alumnos al programa de formación. ¿Les ha gustado el programa, el monitor, el material del curso?; ¿se han aburrido?;
¿consideran que han aprendido algo? Este enfoque puede ser útil al evaluar la percepción de los alumnos respecto al valor del programa. La mejor forma de realizar estas evaluaciones consiste en administrar una encuesta de actitudes, aunque no por el monitor del curso. Es improbable que los participantes respondiesen de forma sincera en ese momento aunque los cues- tionarios fueran anónimos. Como ayuda para este tipo de evaluación, puede permitirse a los alumnos someterse a prueba respecto al contenido de la formación.
En el siguiente nivel de la evaluación se trata de estudiar si se han alcanzado los objetivos del aprendizaje. Estos se relacionan con el contenido de la formación y definen lo que el alumno debe ser capaz de hacer o de saber cuando ésta haya finalizado. Suelen fijarse para cada parte del curso y se comunican a los alumnos para que sepan lo que van a aprender. La evaluación a este nivel trata de averiguar si los alumnos han aprendido lo especificado en los objetivos de formación. Con este fin, puede sometérseles a una prueba al final del curso. Los conocimientos, conceptos y cualifi- caciones de tipo abstracto pueden evaluarse mediante pruebas escritas, mientras que las de tipo práctico pueden valorarse a través de la observación directa de los alumnos en una demostración de las mismas. Al utilizar este nivel de evaluación, es absolutamente necesario saber cuáles son los conocimientos y cualificaciones de los alumnos antes de comenzar su formación.
El tercer nivel de evaluación consiste en averiguar si los conocimientos y cualificaciones adquiridos durante la formación se aplican realmente en el trabajo. En este sentido, puede utilizarse la observación directa durante intervalos concretos. La evalua- ción hecha nada más finalizar la formación puede dar un resul- tado muy diferente del que se obtendría si se realiza tres meses más tarde. Por lo demás, conviene tener en cuenta que, si pone de manifiesto una falta de aplicación transcurridos tres meses, hay que contar con la posibilidad de que no sea deficiente en sí la formación, sino que exista una falta de apoyo a la misma en el lugar de trabajo.
Finalmente, en el nivel superior de evaluación se trata de determinar si el problema abordado a través de la formación ha sido resuelto. Si el problema era una alta tasa de lesiones muscu- losqueléticas en el área de carga y descarga, ¿existen pruebas de que se haya podido reducir? De nuevo, la elección del momento adecuado es importante. En este caso, puede pasar algún tiempo hasta que la formación resulte eficaz. Es posible que la tasa no disminuya en varios meses debido al carácter frecuentemente acumulativo de tales lesiones y que, por tanto, refleje durante algún tiempo las condiciones anteriores a la formación. Además, acaso ésta genere una mayor sensibilización respecto al problema, con el consiguiente aumento de los partes de lesiones poco después de finalizada la misma.
Lo deseable es que se consideren los cuatro niveles de evaluación de la formación al diseñarla y ejecutarla. En los casos en que sólo se aplique un nivel, sus limitaciones deben ser claramente comprendidas por todos los interesados.
Cuando es una entidad externa la que diseña e imparte la formación, la empresa puede y, en cualquier caso, debe evaluar su utilidad potencial aplicando criterios basados en los principios aquí esbozados.

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