jueves, 11 de julio de 2013

Dosis media ponderada en el tiempo.

La dosis media ponderada en el tiempo es el índice de exposición acumulada dividido por el tiempo total de empleo. En cualquier diseño de casos y controles emparejados, este valor corresponde a la dosis media durante el tiempo total de empleo. Es diferente a la dosis media, ya que ésta corresponde a la media sólo durante el tiempo total de exposición real. Por consiguiente, la dosis media ponderada en el tiempo puede considerarse como una exposición media por unidad de tiempo durante todo el período de empleo con independencia de la exposición per se.


miércoles, 10 de julio de 2013

Dosis máxima

. La dosis máxima se determina analizando la historia laboral de un trabajador para determinar la dosis máxima de exposición a la que ha estado expuesto dicho traba- jador durante al menos 7 días seguidos durante el período de observación. La dosis máxima podría representar de manera incorrecta la exposición durante toda la vida laboral de una persona, porque su cálculo se basa en un procedimiento de maximización en lugar de promediación y, por consiguiente, no incluye entre sus unidades la duración de la exposición.

martes, 9 de julio de 2013

Dosis media.

. La dosis media es la suma de los productos de la dosis y la duración de la exposición en cada uno de los sucesivos puestos de trabajo (p. ej., es decir, el índice de exposición acumu- lada) dividida por el tiempo total de exposición a cualquier dosis mayor de cero. La dosis media no incluye el tiempo entre sus unidades; esa medida será similar para una persona expuesta durante un largo período a una dosis pequeña que para una persona expuesta durante un corto período a una dosis elevada. Si se utiliza un diseño de casos y controles emparejados, la dosis media corresponde a la dosis media de exposición por unidad de tiempo de exposición. Se trata de una dosis media durante todo el tiempo real de exposición al agente considerado.

lunes, 8 de julio de 2013

SUSTANCIAS QUIMICAS GENOTOXICAS

Para el control biológico en el ser humano se utilizan muestras de fluidos corporales o de otro material biológico de fácil obtención, bien para la determinación de la exposición a sustancias especí- ficas o inespecíficas y/o de sus metabolitos, o bien para la deter- minación de los efectos biológicos de esa exposición. El control biológico permite calcular la exposición individual total a través de diferentes vías (pulmones, piel, aparato digestivo) y fuentes
(aire, dieta, forma de vida, u ocupación). También se sabe que, en situaciones de exposición compleja, presentes a menudo en los lugares de trabajo, diferentes agentes de exposición pueden inte- ractuar unos con otros, aumentando o inhibiendo los efectos de los distintos compuestos. Además, dado que los individuos difieren en su constitución genética, muestran variabilidad en su respuesta a las exposiciones químicas. Por tanto, quizá sea más razonable buscar los efectos precoces directamente en los indivi- duos o grupos expuestos que tratar de predecir los peligros potenciales de los complejos patrones de exposición a partir de datos pertenecientes a los distintos compuestos. Esta es una ventaja del biocontrol genético de los efectos precoces, método que emplea técnicas centradas en la lesión citogenética, mutaciones puntuales
o aductos del ADN en tejidos humanos (véase el artículo “Princi- pios generales”, en este mismo capítulo).

domingo, 7 de julio de 2013

Evaluación

Se puede establecer una relación lineal de los indicadores de exposición (reseñados en la Tabla 27.3) con la intensidad de la misma para los correspondientes disolventes, ya sea realizando una encuesta entre los trabajadores expuestos profesionalmente a ellos, ya sea mediante la exposición experimental de voluntarios humanos. En este sentido, la ACGIH (1994) y la DFG (1994), por ejemplo, han establecido el índice biológico de exposición (BEI) y el valor biológico de tolerancia (BTV), respectivamente, como los valores de las muestras biológicas que son equivalentes al límite de exposición profesional para las sustancias químicas aerotrans- portadas, es decir, el valor límite umbral (TLV) y la concentración máxima en el lugar de trabajo (MAK), respectivamente. Se sabe no obstante, que el nivel de la sustancia química diana en las muestras obtenidas en personas no expuestas puede variar en función, por ejemplo, de costumbres locales (p. ej., dieta) y que puede haber diferencias étnicas en el metabolismo del disolvente. Por tanto, es aconsejable establecer valores límite mediante el estudio de la población local implicada. Al evaluar los resultados es preciso excluir cuidadosamente la
existencia de exposición no profesional al disolvente (p. ej., por utilización de productos de consumo que lo contengan, o por inhalación intencionada) y la exposición a sustancias químicas que den origen a los mismos metabolitos (p. ej., algunos aditivos alimentarios). En caso de que exista una gran falta de correspon- dencia entre la intensidad de la exposición al vapor y los resul- tados del control biológico, la diferencia puede indicar la posibilidad de absorción cutánea. El consumo de cigarrillos inhibe el metabolismo de algunos disolventes (p. ej., tolueno), mientras que la ingesta aguda de etanol puede inhibir de forma competitiva el metabolismo del metanol.


sábado, 6 de julio de 2013

Pruebas de exposición biológica para disolventes orgánicos

Para aplicar el control biológico a la exposición a disolventes, es importante el momento del muestreo, como ya se ha indicado. En la Tabla 27.2 se muestran los momentos de muestreo reco- mendados para los disolventes habituales en los controles de exposición diaria en el trabajo. Cuando se va a analizar el propio disolvente, es preciso estar atento para evitar las posibles pérdidas
(p. ej., evaporación en el aire ambiente), así como la contamina- ción (p. ej., disolución del aire ambiente en el interior de la muestra) durante el proceso de manipulación de la muestra. En caso de que se precise transportar la muestra a un laboratorio distante o se haya de almacenar antes del análisis, se ha de tener cuidado para evitar pérdidas. Para los metabolitos se recomienda la congelación, mientras que para el análisis del disolvente se recomienda la refrigeración (pero no la congelación) en un envase hermético sin espacio aéreo (o, preferiblemente, en un vial de espacio de cabeza). En el análisis químico, el control de calidad es esencial para obtener resultados fiables (para más detalles, véase el artículo “Garantía de calidad” en este mismo capítulo). La información sobre los resultados debe hacerse respetando la ética
(véase el capítulo Aspectos éticos en esta Enciclopedia).
Para muchos disolventes existen varios métodos analíticos esta- blecidos. Estos varían según la sustancia química, aunque en casi todos los desarrollados recientemente se utiliza para la separación por cromatografía gaseosa (CG) o cromatografía líquida de alta resolución (HPLC). Se recomienda utilizar un muestreador auto- mático y un procesador de datos para obtener un buen control de calidad en el análisis químico. Cuando se va a analizar el propio disolvente en sangre o en orina, es muy conveniente la aplicación de una técnica de espacio de cabeza en la CG (CG de espacio de cabeza), sobre todo si el disolvente es bastante volátil. En la Tabla 27.3 se presentan algunos ejemplos de los métodos estable- cidos para los disolventes habituales.

viernes, 5 de julio de 2013

Resumen de toxicocinética

Los disolventes orgánicos son en general volátiles en condiciones normales, aunque la volatilidad varíe de unos a otros. Por tanto, la principal vía de exposición en el ámbito industrial es la inhalación. La tasa de absorción por la pared alveolar pulmonar es mucho más alta que por la pared del tracto gastrointestinal; para muchos disolventes habituales, como el tolueno, se considera normal una tasa de absorción pulmonar de un 50 %. Algunos, como el disulfuro de carbono y la N,N-dimetilformamida en estado líquido, pueden atravesar la piel intacta del ser humano en cantidades suficientes para ser tóxicas.
Cuando se absorben estos disolventes, una parte se exhala con la respiración sin sufrir biotransformación alguna, pero la mayor parte se distribuye por los órganos y tejidos ricos en lípidos como consecuencia de su lipofilia. La biotransformación tiene lugar principalmente en el hígado (y, en menor grado, en otros órganos), haciéndose la molécula de disolvente más hidrófila, normalmente por un proceso de oxidación seguido de conjuga- ción, y siendo excretada por los riñones a la orina en forma de metabolitos. Una pequeña parte se puede eliminar sin cambiosparte se distribuye por los órganos y tejidos ricos en lípidos como consecuencia de su lipofilia. La biotransformación tiene lugar principalmente en el hígado (y, en menor grado, en otros órganos), haciéndose la molécula de disolvente más hidrófila, normalmente por un proceso de oxidación seguido de conjuga- ción, y siendo excretada por los riñones a la orina en forma de metabolitos. Una pequeña parte se puede eliminar sin cambios disminuir a la mitad su concentración original, es un parámetro cuantitativo. Así, los disolventes desaparecen del aire exhalado mucho antes que sus correspondientes metabolitos de la orina, lo que significa que tienen una semivida mucho más corta. Dentro de los metabolitos urinarios, el semiperíodo biológico varía dependiendo de la rapidez con que se metabolice el compuesto original, de modo que, con frecuencia, el momento del muestreo en relación con la exposición tiene una impor- tancia crítica (véase más adelante). Un tercer aspecto que se ha de tener en cuenta al elegir un material biológico es la especifi- cidad de la sustancia química objeto del análisis en relación con la exposición. Por ejemplo, el ácido hipúrico es un marcador de exposición al tolueno utilizado desde hace mucho tiempo, pero no sólo se forma naturalmente en el organismo, sino que también puede proceder de fuentes no laborales, como algunos aditivos de los alimentos, por lo cual ya no se considera como un marcador fiable cuando la exposición al tolueno es baja (inferior a 50 cm3/m3). En términos generales, los metabolitos urinarios han sido los más utilizados como indicadores de exposición a diversos disolventes orgánicos. El disolvente en la sangre se analiza como medida cualitativa de exposición, porque suele permanecer menos tiempo en la misma y refleja mejor la exposi- ción aguda, mientras que el disolvente en el aire exhalado es difícil de utilizar para calcular la exposición promedio, ya que su concentración en el aliento disminuye con mucha rapidez una vez concluida la exposición. El disolvente en la orina resulta prometedor como medida de la exposición, pero necesita su validación.

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