jueves, 2 de agosto de 2012

Epidemiología veterinaria (I)

Por razones obvias, la epidemiología veterinaria no está directamente relacionada con la higiene industrial ni con la epidemio- logía del trabajo. No obstante, los estudios epidemiológicos en animales pueden proporcionar claves sobre las causas ambientales y profesionales de las enfermedades por varias razones:

1. El período de vida de los animales es relativamente corto en comparación con el del ser humano y el período de latencia de las enfermedades (p. ej., la mayoría de los cánceres) es más corto en los animales que en el hombre. Esto significa que una enfermedad que aparece en un animal salvaje o domés- tico puede servir como episodio centinela para alertarnos de la presencia de un agente ambiental potencialmente tóxico o cancerígeno para el ser humano antes de que se haya identifi- cado por otros medios (Glickman 1993).

miércoles, 1 de agosto de 2012

Transferencia de industrias peligrosas

La mayoría de los estudios epidemiológicos se realizan en el mundo desarrollado, donde la legislación y el control de los peli- gros profesionales conocidos han reducido el riesgo de enfermedades en las últimas décadas. Pero al mismo tiempo muchas de las industrias peligrosas se han transferido al mundo en desarrollo
(Jeyaratnam 1994). Sustancias químicas que se han prohibido en Estados Unidos o Europa se fabrican ahora en los países en desa- rrollo. Por ejemplo, la pulverización del amianto se ha transferido de Estados Unidos a México y la producción de bencidina se ha transferido de los países europeos a la antigua Yugoslavia y a Corea (Simonato 1986; LaDou 1991; Pearce y cols. 1994).
Un signo indirecto del nivel de riesgo profesional y de las malas condiciones de trabajo en los países en desarrollo es la epidemia de intoxicaciones agudas que está teniendo lugar en algunos de ellos. Según un estudio, todos los años se producen unas 20.000 muertes por intoxicación aguda con pesticidas, aunque es probable que esta cifra esté muy subestimada (Koge- vinas y cols. 1994). Se cree que el 99 % de todas las muertes por intoxicación aguda con pesticidas se producen en países en desa- rrollo que tan sólo consumen el 20 % de las sustancias agroquí- micas del mundo (Kogevinas y cols. 1994). Esto significa que la reducción de los riesgos profesionales que sugieren las investiga- ciones epidemiológicas podría deberse simplemente al hecho de que la mayoría de las investigaciones se realizan en el mundo desarrollado. Es posible que los riesgos profesionales hayan sido transferidos a los países en desarrollo o incluso que la carga mundial total de exposiciones profesionales haya aumentado (Vineis y cols. 1995).

martes, 31 de julio de 2012

Proporción de una enfermedad atribuible a la profesión

La proporción de una enfermedad que puede atribuirse a exposi- ciones profesionales, ya sea en un grupo de trabajadores expuestos o en la población general, se comenta, al menos en lo que se refiere al cáncer, en otra sección de esta Enciclopedia. Aquí debemos recordar que si se calcula un estimador, éste debe referirse a una enfermedad específica (y un lugar específico en el caso del cáncer), un período de tiempo específico y una región geográ- fica específica. Además, dicho estimador debe basarse en medidas exactas de la proporción de personas expuestas y del nivel de exposición. Esto significa que la proporción de una enfermedad imputable a una profesión variará de muy pequeña o nula en algunas poblaciones, a muy grande en otras situadas en zonas industriales en las que, por ejemplo, casi el 40 % de los casos de cáncer de pulmón pueden atribuirse a exposiciones profesionales (Vineis y Simonato 1991). Las estimaciones que no se basan en un análisis detallado de estudios epidemiológicos correctamente diseñados pueden considerarse, en el mejor de los casos, como suposiciones informadas, cuyo valor es limitado.

lunes, 30 de julio de 2012

Enseñanza de la epidemiología del trabajo

Los especialistas en epidemiología del trabajo pueden tener distintas trayectorias académicas. Medicina, enfermería y estadística son algunas de las disciplinas más frecuentes de los que se especializan en este campo. En Norteamérica, casi la mitad de los epidemiólogos han recibido formación científica, mientras que la otra mitad son doctores en medicina. En otros países, la mayoría de los especialistas en epidemiología del trabajo son médicos. En Norteamérica, los epidemiólogos que proceden del campo de la medicina se consideran “expertos en contenido”, mientras que los que proceden del campo de las ciencias se consideran
“expertos metodológicos”. Siempre es conveniente que un experto en contenido trabaje en equipo con un experto metodológico para diseñar y realizar el mejor estudio posible.
La especialidad de la epidemiología del trabajo no sólo exige conocimientos sobre métodos epidemiológicos, estadística e informática, sino también sobre toxicología, higiene industrial y registros de enfermedades (Merletti y Comba 1992). En los grandes estudios, es posible que los datos tengan que cruzarse con registros de enfermedades, razón por la cual es útil conocer las fuentes de datos sobre la población. También son importantes los conocimientos sobre organización de la mano de obra y administración de empresas. Las tesis de los estudios de tercer ciclo y las disertaciones doctorales confieren a los alumnos los conocimientos necesarios para realizar grandes estudios basados en registros y en encuestas de los trabajadores.

domingo, 29 de julio de 2012

Antimonio

El antimonio inorgánico puede penetrar en el organismo por ingestión o por inhalación, si bien la tasa de absorción es desconocida. Los compuestos pentavalentes absorbidos se excretan principalmente por la orina, y los compuestos trivalentes por las heces. Es posible la retención de algunos de ellos después de una exposición prolongada. Las concentraciones normales de antimonio en el suero y en la orina probablemente sean inferiores a 0,1 g/100 ml y 1 g/g de creatinina, respectivamente.
Un estudio preliminar en trabajadores expuestos a antimonio pentavalente indicó que una exposición promedio ponderada en el tiempo de hasta 0,5 mg/m3 daba lugar a un aumento de la concentración urinaria de antimonio de 35 g/g de creatinina durante el turno.

sábado, 28 de julio de 2012

Aluminio

En la industria, los trabajadores pueden verse expuestos a compuestos de aluminio inorgánico por inhalación y, posible- mente, también por ingestión de polvo que lo contenga. El aluminio se absorbe mal por vía oral, pero su absorción aumenta con la ingesta simultánea de citrato. La tasa de absorción del aluminio depositado en el pulmón es desconocida; la biodisponi- bilidad probablemente dependa de las características fisicoquí- micas de la partícula. La orina es la principal vía de excreción del aluminio absorbido. La concentración de aluminio en el suero y en la orina está determinada tanto por la intensidad de una expo- sición reciente como por la cantidad total de aluminio corporal. En las personas no expuestas por su trabajo, la concentración sérica de aluminio suele ser inferior a 1 g/100 ml y en la orina rara vez supera los 30 g/g de creatinina. En los sujetos con función renal normal, la excreción urinaria de aluminio es un indicador más sensible de exposición que su concentración en suero/plasma.
Datos en soldadores sugieren que la cinética de la excreción de aluminio por la orina implica un mecanismo de dos pasos, el primero con un semiperíodo biológico de unas ocho horas. En los trabajadores que han estado expuestos durante varios años se produce una cierta acumulación del metal en el organismo; las concentraciones de aluminio en suero y en orina son sensibles también a la cantidad total de aluminio corporal. El aluminio se almacena en varios compartimientos del organismo y se excreta de ellos a diferentes velocidades a lo largo de muchos años. También se ha encontrado una elevada acumulación de aluminio en el organismo (hueso, hígado, cerebro) de pacientes con insuficiencia renal. Los pacientes sometidos a diálisis presentan riesgo de toxicidad ósea y/o de encefalopatía cuando su concentración sérica de aluminio supera crónicamente los
20 g/100 ml, aunque es posible detectar signos de toxicidad a concentraciones aún más bajas. La Comisión de las Comuni- dades Europeas ha recomendado que, para prevenir la toxicidad por aluminio, la concentración plasmática del mismo nunca supere los 20 g/100 ml; una cifra superior a 10 g/100 ml hace aconsejables un control y una vigilancia de la salud más frecuentes, y una concentración superior a 6 g/100 ml ha de ser considerada como signo de aumento excesivo de la cantidad de aluminio corporal.

viernes, 27 de julio de 2012

METALES Y COMPUESTOS ORGANOMETALICOS

Desde hace algún tiempo se sabe que los metales y los compuestos organometálicos tóxicos, como el aluminio, antimonio, arsénico inorgánico, berilio, cadmio, cromo, cobalto, plomo, alquil plomo, mercurio metálico y sus sales, compuestos de mercurio orgánico, níquel, selenio y vanadio, presentan riesgos potenciales para la salud de las personas expuestas. En algunos casos se han realizado estudios epidemiológicos sobre las relaciones existentes entre dosis interna y efecto/respuesta resultante en los trabajadores expuestos profesionalmente, lo que ha permitido proponer valores límite biológicos basados en consideraciones de salud (véase la Tabla 27.1).
Uno de los problemas que plantea la determinación precisa y exacta de los metales en los materiales biológicos consiste en que las sustancias metálicas de interés suelen estar presentes en concentraciones muy bajas. Cuando el control biológico adopta la forma de toma de muestras y análisis de orina, como ocurre a menudo, se suele realizar en muestras “puntuales”; por tanto, suele ser aconsejable la corrección de los resultados según la dilución de la orina. La expresión de los resultados por gramo de creatinina es el método de estandarización más utilizado. Los análisis realizados en muestras de orina demasiado diluida o demasiado concentrada no son fiables y se deben repetir.

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