La mayoría de los estudios epidemiológicos se realizan en el mundo desarrollado, donde la legislación y el control de los peli- gros profesionales conocidos han reducido el riesgo de enfermedades en las últimas décadas. Pero al mismo tiempo muchas de las industrias peligrosas se han transferido al mundo en desarrollo
(Jeyaratnam 1994). Sustancias químicas que se han prohibido en Estados Unidos o Europa se fabrican ahora en los países en desa- rrollo. Por ejemplo, la pulverización del amianto se ha transferido de Estados Unidos a México y la producción de bencidina se ha transferido de los países europeos a la antigua Yugoslavia y a Corea (Simonato 1986; LaDou 1991; Pearce y cols. 1994).
Un signo indirecto del nivel de riesgo profesional y de las malas condiciones de trabajo en los países en desarrollo es la epidemia de intoxicaciones agudas que está teniendo lugar en algunos de ellos. Según un estudio, todos los años se producen unas 20.000 muertes por intoxicación aguda con pesticidas, aunque es probable que esta cifra esté muy subestimada (Koge- vinas y cols. 1994). Se cree que el 99 % de todas las muertes por intoxicación aguda con pesticidas se producen en países en desa- rrollo que tan sólo consumen el 20 % de las sustancias agroquí- micas del mundo (Kogevinas y cols. 1994). Esto significa que la reducción de los riesgos profesionales que sugieren las investiga- ciones epidemiológicas podría deberse simplemente al hecho de que la mayoría de las investigaciones se realizan en el mundo desarrollado. Es posible que los riesgos profesionales hayan sido transferidos a los países en desarrollo o incluso que la carga mundial total de exposiciones profesionales haya aumentado (Vineis y cols. 1995).
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