Aunque la nueva economía mundial se caracteriza por la expansión continua de las empresas transnacionales, este proceso no se ha visto acompañado por la creación de estableci- mientos cada vez más grandes. De hecho, ha sucedido lo contrario. La empresa tipo ha dejado de ser una enorme fábrica de automóviles con miles de trabajadores, que elaboran un producto normalizado siguiendo una línea de producción fija. Por el contrario, un número creciente de empresas recurre a la producción más conveniente para ofrecer bienes y, cada vez más, servicios a la medida. En vez de economías de escala, utilizan economías de alcance, pasando de un producto a otro con la ayuda de la subcontratación y la utilización de equipos que pueden reprogramarse con facilidad.
De hecho, el cambio generalizado hacia los sectores de servi- cios y el rápido crecimiento de las pequeñas empresas puede explicarse, al menos en parte, por la subcontratación del trabajo llevada a cabo por las empresas transnacionales. En cuanto a las tareas que siguen siendo desempeñadas directamente por la empresa matriz, la gran acumulación de existencias y los
“stocks” de regulación son sustituidos con frecuencia por la producción “ajustada en el tiempo”, y las empresas se consi- deran cada vez más orientadas a la atención al cliente. Asimismo, aumenta el número de empresas que demandan una mano de obra flexible, dotada de diferentes cualificaciones y capaz de adaptarse a diversos horarios de trabajo. De este modo, los trabajadores también pueden desempeñar su acti- vidad de forma “ajustada en el tiempo” y en varios centros de trabajo. Este aumento de la subcontratación y de la multipli- cidad de tareas, junto con el auge de formas “atípicas” de trabajo como el trabajo a tiempo parcial o durante una parte del año, dificulta a los sindicatos la utilización de los medios tradi- cionales para organizar los lugares de trabajo.
Tanto el desarrollo de una economía mundial como la rees- tructuración del trabajo han sido posibles gracias a la nueva tecnología microelectrónica, que permite la producción más conveniente, ya que los nuevos equipos pueden ser alterados con rapidez y a un bajo coste para adaptarse a nuevas líneas de producción. Además, esta tecnología no sólo facilita una comu- nicación barata e instantánea a escala mundial, con indepen- dencia de diferencias horarias y otras barreras, sino que también permite a las empresas controlar a trabajadores de filiales lejanas, puesto que pueden realizar un seguimiento de su producción desde otros lugares. Así, ofrece la posibilidad de la producción a domicilio, en la que trabajadores empleados en cualquier lugar del mundo prestan sus servicios a cualquier hora del día o de la noche.
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