El último paso en el proceso de formación es la evaluación y seguimiento, demasiado a menudo olvidado o ignorado y, a veces, evitado. La evaluación, elemento esencial de la formación, es la determinación del grado de cumplimiento de los objetivos del curso, que debe incluir la crítica del programa (por los administra- dores del curso) y la evaluación de los participantes.
Los participantes deben tener la oportunidad de evaluar los factores externos de la enseñanza recibida: la cualificación del formador para la exposición, las técnicas utilizadas, las instala- ciones y la organización del curso. Las herramientas de evalua- ción más utilizadas son los cuestionarios posteriores a la terminación del curso y los tests previos y posteriores.
El seguimiento es una actividad de apoyo esencial en el proceso de formación, que debe orientarse a ayudar a los parti- cipantes a aplicar y trasladar lo aprendido a su trabajo. Como ejemplos de actividades de seguimiento utilizadas en nuestros cursos de FDF pueden citarse:
• los planes y proyectos de acción;
• las sesiones o talleres formales de seguimiento;
• las consultas individuales y de grupo.
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