La toxicidad del cromo es atribuible principalmente a los compuestos hexavalentes, cuya absorción es relativamente mayor que la de los compuestos trivalentes. La eliminación se produce principalmente por vía urinaria.
En las personas sin exposición profesional al cromo, la concentración de este metal en suero y en orina no suele superar los 0,05 g/100 ml y los 2 g/g de creatinina, respectivamente.
La exposición reciente a sales solubles de cromo hexavalente (p. ej., en los galvanizadores y en los soldadores de acero inoxi- dable) se puede evaluar controlando el nivel de cromo en la orina al término de la jornada laboral. Estudios realizados por varios autores proponen la siguiente relación: una exposición promedio ponderada en el tiempo de 0,025 ó 0,05 mg/m3 de cromo hexavalente se asocia a una concentración promedio de
15ó 30 g/g de creatinina al término del período de exposición, respectivamente. (Esta relación sólo es válida para grupos.) Después de la exposición a 0,025 mg/m3 de cromo hexavalente, el valor inferior del límite de confianza del 95 % es de unos
5 g/g de creatinina. Otro estudio en soldadores de acero inoxi- dable halló que una concentración urinaria de cromo del orden de 40 g/l corresponde a una exposición promedio de
0,1 mg/m3 de trióxido de cromo.
El cromo hexavalente atraviesa con rapidez las membranas celulares pero, una vez en el interior de la célula, es reducido a cromo trivalente. La concentración de cromo en los eritrocitos podría ser un indicador de la intensidad de la exposición al cromo hexavalente durante la vida de los eritrocitos, pero ello no se aplica al cromo trivalente.
Todavía no se ha evaluado la utilidad del control del cromo en orina para la estimación del riesgo para la salud.
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