Uno de los sindicatos más activos de Estados Unidos en materia de formación ambiental es el Laborers International Union of North America (LIUNA). Existe una norma pública que obliga a ofrecer un período mínimo de 40 horas de formación sobre reducción de riesgos. El sindicato, junto con los contratistas participantes, ha desarrollado un curso intensivo de 80 horas, cuyo objeto es fomentar en los trabajadores que manejan residuos potencialmente peligrosos la concienciación con respecto a la seguridad en el trabajo. En 1995, más de 15.000 trabajadores recibieron formación sobre la eliminación de plomo, amianto y de otros residuos peligrosos, así como sobre otras actividades de conservación del medio ambiente. El programa Laborers-Asso- ciated General Contractors ha preparado 14 cursos de conservación del medio ambiente y otros programas de formación de formadores, para contribuir a los esfuerzos que, a escala nacional, se están llevando a cabo en favor de una conservación segura y adecuada. Los cursos se impartieron en 32 centros de formación y en cuatro unidades móviles.
Además de ofrecer formación sobre temas técnicos y de segu- ridad, se anima a los participantes a reflexionar sobre problemas medioambientales más amplios. Entre otras tareas, los alumnos recogen material publicado por la prensa local sobre temas de medio ambiente, que utilizan como punto de partida para analizar problemas más generales del medio ambiente. Una plantilla de 19 trabajadores, equivalente a tiempo completo, trabaja en formación ambiental en la oficina central de esta asociación de sindicatos y empresas, cuya financiación es de más de 10 millones de dólares. Los materiales y los métodos de formación cumplen exigentes normas de calidad, con un uso extensivo de medios audiovisuales y otros materiales de forma- ción, atención a competencias específicas, y compromiso de calidad y evaluación incorporados al plan de estudios. Existe un vídeo para “aprender en casa”, en el que se exponen ciertas cuestiones de naturaleza básica y se relacionan conocimientos de tipo general y medioambientales. Para aquellos que lo deseen, seis de los cursos son convalidables por créditos universitarios. El programa trabaja activamente con grupos minoritarios, de los que proceden más de la mitad de sus participantes. Además, se están desarrollando otros programas, en colaboración con insti- tuciones de grupos minoritarios, con proyectos de viviendas sociales y con otros centros de enseñanza.
El sindicato afirma que una gran parte de sus futuros miem- bros se dedicarán a actividades relacionadas con el medio ambiente y considera que los programas de educación de los trabajadores fortalecen las bases de ese crecimiento. No sólo la seguridad es mejor en los puestos ocupados por trabajadores formados, sino que también mejora la productividad. Sin embargo, el sindicato se fija también en consecuencias de mayor alcance:
“El efecto más interesante que ha tenido la formación ambiental sobre quienes la han seguido es que ha aumentado su respeto hacia los productos químicos y las sustancias nocivas que se encuentran en el lugar de trabajo y en el hogar... También ha aumentado la preocupación por las consecuencias de la contaminación continua y por los costes que representa la limpieza del medio ambiente... El verda- dero impacto va mucho más allá de la preparación de las personas para el trabajo” (LIUNA 1995).
En Estados Unidos, este tipo de formación sobre materiales peligrosos también se imparte en agrupaciones sindicales de mecánicos, pintores, carpinteros, trabajadores del petróleo y de las industrias químicas y nucleares, trabajadores químicos, maquinistas, camioneros y trabajadores del acero.
El LIUNA trabaja también a escala internacional con la Confederación de Trabajadores Mejicanos (CTM), y colabora con otras iniciativas de formación públicas y privadas, así como con grupos de empresas, con objeto de desarrollar metodologías de enseñanza. Se presta especial atención a la formación de trabajadores mejicanos en materia de conservación del medio ambiente y en cualificaciones de construcción. La Interamerican Partnership for Environmental Education and Training (IPEET) organizó su primer curso de formación para trabajadores meji- canos durante el verano de 1994 en Ciudad de Méjico. Asistió al curso un grupo de líderes laborales y de trabajadores de las empresas locales, entre otras, de fabricación de pinturas y de tratamiento de metales; las clases duraron una semana y versaron sobre la seguridad y salud ambientales. Se están estableciendo otros grupos del LIUNA en Canadá; los materiales, cuyo contenido ha sido objeto de una adaptación a este país, serán editados en francés. También se han establecido acuerdos con el Instituto Europeo de Educación y Formación Ambiental, para impartir este tipo de formación en países de Europa Oriental y de la CEI.
Además de ofrecer formación sobre temas técnicos y de segu- ridad, se anima a los participantes a reflexionar sobre problemas medioambientales más amplios. Entre otras tareas, los alumnos recogen material publicado por la prensa local sobre temas de medio ambiente, que utilizan como punto de partida para analizar problemas más generales del medio ambiente. Una plantilla de 19 trabajadores, equivalente a tiempo completo, trabaja en formación ambiental en la oficina central de esta asociación de sindicatos y empresas, cuya financiación es de más de 10 millones de dólares. Los materiales y los métodos de formación cumplen exigentes normas de calidad, con un uso extensivo de medios audiovisuales y otros materiales de forma- ción, atención a competencias específicas, y compromiso de calidad y evaluación incorporados al plan de estudios. Existe un vídeo para “aprender en casa”, en el que se exponen ciertas cuestiones de naturaleza básica y se relacionan conocimientos de tipo general y medioambientales. Para aquellos que lo deseen, seis de los cursos son convalidables por créditos universitarios. El programa trabaja activamente con grupos minoritarios, de los que proceden más de la mitad de sus participantes. Además, se están desarrollando otros programas, en colaboración con insti- tuciones de grupos minoritarios, con proyectos de viviendas sociales y con otros centros de enseñanza.
El sindicato afirma que una gran parte de sus futuros miem- bros se dedicarán a actividades relacionadas con el medio ambiente y considera que los programas de educación de los trabajadores fortalecen las bases de ese crecimiento. No sólo la seguridad es mejor en los puestos ocupados por trabajadores formados, sino que también mejora la productividad. Sin embargo, el sindicato se fija también en consecuencias de mayor alcance:
“El efecto más interesante que ha tenido la formación ambiental sobre quienes la han seguido es que ha aumentado su respeto hacia los productos químicos y las sustancias nocivas que se encuentran en el lugar de trabajo y en el hogar... También ha aumentado la preocupación por las consecuencias de la contaminación continua y por los costes que representa la limpieza del medio ambiente... El verda- dero impacto va mucho más allá de la preparación de las personas para el trabajo” (LIUNA 1995).
En Estados Unidos, este tipo de formación sobre materiales peligrosos también se imparte en agrupaciones sindicales de mecánicos, pintores, carpinteros, trabajadores del petróleo y de las industrias químicas y nucleares, trabajadores químicos, maquinistas, camioneros y trabajadores del acero.
El LIUNA trabaja también a escala internacional con la Confederación de Trabajadores Mejicanos (CTM), y colabora con otras iniciativas de formación públicas y privadas, así como con grupos de empresas, con objeto de desarrollar metodologías de enseñanza. Se presta especial atención a la formación de trabajadores mejicanos en materia de conservación del medio ambiente y en cualificaciones de construcción. La Interamerican Partnership for Environmental Education and Training (IPEET) organizó su primer curso de formación para trabajadores meji- canos durante el verano de 1994 en Ciudad de Méjico. Asistió al curso un grupo de líderes laborales y de trabajadores de las empresas locales, entre otras, de fabricación de pinturas y de tratamiento de metales; las clases duraron una semana y versaron sobre la seguridad y salud ambientales. Se están estableciendo otros grupos del LIUNA en Canadá; los materiales, cuyo contenido ha sido objeto de una adaptación a este país, serán editados en francés. También se han establecido acuerdos con el Instituto Europeo de Educación y Formación Ambiental, para impartir este tipo de formación en países de Europa Oriental y de la CEI.
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