Existe una relación entre las exposiciones en el trabajo y en el medio ambiente. Cualquier efecto perjudicial para la salud en los trabajadores es resultado de su exposición total a los contaminantes ambientales. La dosis total es importante a la hora de seleccionar unos límites de exposición adecuados. Esto ya se considera necesario en el caso de las sustancias tóxicas que se acumulan en el organismo, como son el plomo y las sustancias radioactivas.
Los actuales límites de exposición son diferentes para los trabajadores y para la comunidad, en parte porque las exposiciones de los trabajadores tienen carácter intermitente. Los TLV se establecieron para semanas laborales de cinco días y jornadas de ocho horas, la norma en Estados Unidos. Los TLV reflejan la actuación de los mecanismos de reparación del organismo humano. Sin embargo, muchos piensan que los límites de exposición en el trabajo y en la comunidad no deberían ser diferentes.
Cuando no se dispone de información específica sobre los efectos sinérgicos o antagonistas, los límites de exposición, tanto para los trabajadores como para la comunidad, reflejan sólo la adición de las interacciones de distintos contaminantes ambientales. A la hora de establecer los límites para una sustancia determinada, es imposible evaluar todas las posibles interacciones entre los contaminantes ambientales. En su lugar, podemos realizar los siguientes supuestos para simplificar el proceso: 1) la mezcla básica de sustancias químicas en nuestro medio ambiente no ha cambiado sustancialmente, y 2) la información epidemiológica y los criterios ambientales utilizados para establecer las normas reflejan nuestra exposición a esa mezcla de sustancias químicas. Si aceptamos estos supuestos, podemos pasar por alto las interacciones al fijar los límites de exposición en la comunidad a una sustancia en particular. Aunque sería útil aplicar el mismo razonamiento para establecer los límites de exposición en el lugar de trabajo, esta lógica es discutible, ya que la mezcla de sustancias en distintos lugares de trabajo no es uniforme, si se compara con la existente en nuestras comunidades.
Una parte del debate político se centra en si deben adoptarse normas internacionales de exposición. ¿Debe un país establecer sus propias prioridades, reflejadas en sus límites de exposición, o deben adoptarse normas internacionales basadas en los mejores datos disponibles? Muchos gobiernos de países en desarrollo han adoptado la posición de que los países desarrollados deberían establecer límites de exposición ambiental más estrictos, ya que la contaminación procedente de la industria y la agricultura de estos países ha creado un medio ambiente menos saludable.
Los actuales límites de exposición son diferentes para los trabajadores y para la comunidad, en parte porque las exposiciones de los trabajadores tienen carácter intermitente. Los TLV se establecieron para semanas laborales de cinco días y jornadas de ocho horas, la norma en Estados Unidos. Los TLV reflejan la actuación de los mecanismos de reparación del organismo humano. Sin embargo, muchos piensan que los límites de exposición en el trabajo y en la comunidad no deberían ser diferentes.
Cuando no se dispone de información específica sobre los efectos sinérgicos o antagonistas, los límites de exposición, tanto para los trabajadores como para la comunidad, reflejan sólo la adición de las interacciones de distintos contaminantes ambientales. A la hora de establecer los límites para una sustancia determinada, es imposible evaluar todas las posibles interacciones entre los contaminantes ambientales. En su lugar, podemos realizar los siguientes supuestos para simplificar el proceso: 1) la mezcla básica de sustancias químicas en nuestro medio ambiente no ha cambiado sustancialmente, y 2) la información epidemiológica y los criterios ambientales utilizados para establecer las normas reflejan nuestra exposición a esa mezcla de sustancias químicas. Si aceptamos estos supuestos, podemos pasar por alto las interacciones al fijar los límites de exposición en la comunidad a una sustancia en particular. Aunque sería útil aplicar el mismo razonamiento para establecer los límites de exposición en el lugar de trabajo, esta lógica es discutible, ya que la mezcla de sustancias en distintos lugares de trabajo no es uniforme, si se compara con la existente en nuestras comunidades.
Una parte del debate político se centra en si deben adoptarse normas internacionales de exposición. ¿Debe un país establecer sus propias prioridades, reflejadas en sus límites de exposición, o deben adoptarse normas internacionales basadas en los mejores datos disponibles? Muchos gobiernos de países en desarrollo han adoptado la posición de que los países desarrollados deberían establecer límites de exposición ambiental más estrictos, ya que la contaminación procedente de la industria y la agricultura de estos países ha creado un medio ambiente menos saludable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario