Tras una breve revisión de las aportaciones de la educación a la salud y la seguridad de los trabajadores y de los primeros fundamentos de la educación de los directivos, este artículo se ocupa del desarrollo curricular. En relación con las necesidades educa- tivas de los futuros altos directivos, es importante tener en cuenta las dos vías de acceso a estos puestos. En primer lugar, se esta- blecen los contenidos curriculares relativos a los problemas de gestión; a continuación, se examinan las cuestiones pertinentes para comprender las causas de las lesiones.
La educación sobre la salud y la seguridad en el trabajo se ha dirigido, primordialmente, a los directivos responsables de la seguridad y a los médicos de empresa y, desde hace menos tiempo, a los enfermeros de salud en el trabajo, a los ergónomos y a los higienistas, es decir, personas llamadas a ocupar puestos de especialistas en las organizaciones.
La función de estos especialistas, en cuanto asesores, abarca tareas tales como las exploraciones médicas previas a la contratación, las revisiones médicas, la supervisión de la exposición de los empleados a una serie de peligros y las inspecciones ambien- tales. Entre otras actividades, son responsables de planificar los puestos de trabajo y las diversas tareas de tal modo que se ajusten a los controles técnicos y administrativos, minimizando,si no eliminando, por ejemplo, los efectos lesivos de las exigencias posturales o de la exposición a sustancias tóxicas.
Por regla general, este enfoque educativo centrado en los especialistas ha pasado por alto el problema fundamental de la creación de lugares de trabajo sanos y seguros, es decir, la extraordinaria diversidad de los conocimientos operativos necesarios para convertir esta necesidad en realidad. Hay que tener en cuenta que los directivos tienen la responsabilidad de planificar, organizar y controlar las actividades laborales de empresas públicas y privadas en todos los sectores de la economía.
La educación sobre la salud y la seguridad en el trabajo se ha dirigido, primordialmente, a los directivos responsables de la seguridad y a los médicos de empresa y, desde hace menos tiempo, a los enfermeros de salud en el trabajo, a los ergónomos y a los higienistas, es decir, personas llamadas a ocupar puestos de especialistas en las organizaciones.
La función de estos especialistas, en cuanto asesores, abarca tareas tales como las exploraciones médicas previas a la contratación, las revisiones médicas, la supervisión de la exposición de los empleados a una serie de peligros y las inspecciones ambien- tales. Entre otras actividades, son responsables de planificar los puestos de trabajo y las diversas tareas de tal modo que se ajusten a los controles técnicos y administrativos, minimizando,si no eliminando, por ejemplo, los efectos lesivos de las exigencias posturales o de la exposición a sustancias tóxicas.
Por regla general, este enfoque educativo centrado en los especialistas ha pasado por alto el problema fundamental de la creación de lugares de trabajo sanos y seguros, es decir, la extraordinaria diversidad de los conocimientos operativos necesarios para convertir esta necesidad en realidad. Hay que tener en cuenta que los directivos tienen la responsabilidad de planificar, organizar y controlar las actividades laborales de empresas públicas y privadas en todos los sectores de la economía.
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