• el problema: “se precisa esclarecimiento”;Además, mientras dure la relación, es posible - en realidad, es lo más probable - que se recabe de la empresa que asuma funciones filantrópicas o de financiación.
• el objetivo: “se precisan educación, información y sensibi- liza- ción”;
• el cliente: “inducir a la empresa a utilizar nuestros servicios para contratar y emplear a personas discapacitadas”;
• la asociación: inducir a la empresa a “establecer una relación duradera y mutuamente satisfactoria”.
La clave del éxito consiste en tratar a la empresa como
“cliente”. De hecho, los sistemas en que se valora únicamente a la empresa como “el problema” o “el objetivo” están abocados a un círculo vicioso de disfunciones.
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