Obviamente, la formación centrada en la concienciación y la gestión de peligros específicos para la salud y la seguridad depende del tipo de lugar de trabajo. Aunque algunos peligros permanecen relativamente constantes, los cambios de las características de los puestos de trabajo y de las tecnologías requieren una continua actualización de las necesidades de formación. Las caídas desde altura, la caída de objetos y el ruido, por ejemplo, han sido y seguirán siendo peligros importantes en el sector de la construcción, pero la introducción de muchos nuevos tipos de materiales sintéticos de construcción exige una sensibilización y unos conocimientos adicionales en cuanto a su capacidad para producir efectos perjudiciales para la salud. Asimismo, correas, filos y otros puntos peligrosos sin protección en la maquinaria siguen constituyendo amenazas corrientes para la seguridad, pero también la introducción de robots industriales y otros dispositivos controlados por ordenador requiere formación en este nuevo género de peligros técnicos.
Debido a la rápida integración económica mundial y a la movilidad de las empresas multinacionales, los viejos y los nuevos peligros relacionados con el trabajo coexisten en los países industrializados y en los países en vías de desarrollo. En estos últimos, pueden encontrarse centros de producción de electrónica avanzada junto a fundiciones de metal que siguen dependiendo de tecnologías primarias y que hacen un uso extensivo de mano de obra. Por otra parte, en los países industriali- zados conviven talleres de confección caracterizados por unas condiciones de salud y seguridad ínfimas y actividades de reci- claje del plomo de las baterías (pese a la amenaza que representa la toxicidad de este material) con empresas modernas altamente automatizadas.
Debido a la rápida integración económica mundial y a la movilidad de las empresas multinacionales, los viejos y los nuevos peligros relacionados con el trabajo coexisten en los países industrializados y en los países en vías de desarrollo. En estos últimos, pueden encontrarse centros de producción de electrónica avanzada junto a fundiciones de metal que siguen dependiendo de tecnologías primarias y que hacen un uso extensivo de mano de obra. Por otra parte, en los países industriali- zados conviven talleres de confección caracterizados por unas condiciones de salud y seguridad ínfimas y actividades de reci- claje del plomo de las baterías (pese a la amenaza que representa la toxicidad de este material) con empresas modernas altamente automatizadas.
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