viernes, 31 de mayo de 2013

HORAS DE TRABAJO

El trabajo por turnos es el que se realiza permanente o frecuente- mente fuera de las horas de trabajo regulares diurnas. En efecto, este tipo de trabajo se puede realizar permanentemente de noche, permanentemente en horario de tarde o en horarios variables. Cada tipo de turnos tiene ventajas e inconvenientes y se asocia a diferentes efectos en el bienestar, la salud, la vida social y el rendi- miento laboral.
En los sistemas tradicionales de turnos de rotación lenta, los turnos rotan semanalmente; esto es, a una semana de trabajo nocturno sigue un turno semanal de trabajo de tarde y, a continuación, un turno de mañana. En el sistema de rotación rápida, sólo se trabajan uno, dos o, como mucho, tres días consecutivos en cada turno. En algunos países, como Estados Unidos, se generalizan los turnos de duración superior a 8 horas, en especial los de 12 horas (Rosa y cols. 1990).
El ser humano es un ser básicamente diurno; esto es, su organismo está fundamentalmente “programado” para trabajar de día y solazarse y descansar de noche. Existen mecanismos internos (el denominado reloj biológico) que controlan la fisio- logía y la bioquímica del organismo para ajustarlo al ciclo de
24 horas. Estos ciclos se denominan ritmos circadianos. La perturbación de las variaciones circadianas del funcionamiento fisioló- gico producido por la necesidad de permanecer despiertos y trabajando en horas biológicamente anómalas, y de dormir durante el día, es uno de los rasgos más estresantes del trabajo por turnos.
A pesar de la suposición generalizada de que la perturbación del sistema circadiano puede tener efectos perjudiciales a largo plazo, no ha resultado fácil establecer una relación causa-efecto. A pesar de la ausencia de pruebas incontrovertibles, existe un amplio consenso en torno a la conveniencia de implantar en el lugar de trabajo unos turnos que eviten, en la medida de lo posible, una perturbación permanente de los ritmos circadianos.

jueves, 30 de mayo de 2013

MEDIDAS QUE RESUMEN LA EXPOSICION DURANTE TODA UNA VIDA LABORAL

Los investigadores pueden considerarse afortunados cuando tienen a su disposición una cronología detallada de las experien- cias de los trabajadores durante toda su vida laboral, que les ofrece una revisión histórica de los puestos de trabajo que han ocupado a lo largo de su vida. Para estos trabajadores, puede crearse una matriz de empleo-exposición, que permite asociar todos los puestos de trabajo que ha ocupado un trabajador con información específica sobre la exposición.
Las historias detalladas de la exposición deben resumirse con fines analíticos para detectar pautas evidentes que podrían causar problemas de salud y seguridad en el lugar de trabajo. Podemos imaginar una lista de, por ejemplo, 20 puestos de trabajo que un trabajador ha ocupado a lo largo de toda su vida profesional. Existen varias formas de resumir los datos sobre la exposición (para cada uno de los 20 puestos de trabajo en este ejemplo) teniendo en cuenta la duración y/o la concentración, dosis o nivel de exposición.
Sin embargo, conviene recordar que las conclusiones de un estudio pueden ser diferentes según el método elegido (Suárez- Almazor y cols. 1992). En la Tabla 28.1, se ofrece el ejemplo de cinco medidas que resumen la exposición a lo largo de toda la vida profesional de un trabajador.
Indice de exposición acumulada. El índice de exposición acumulada es equivalente a la “dosis” en los estudios toxicológicos y representa la suma, durante toda una vida laboral, de los productos de la dosis y la duración de la exposición en cada uno de los sucesivos puestos de trabajo. El tiempo se incluye entre sus unidades.


miércoles, 29 de mayo de 2013

Conclusiones Para realizar comparaciones en los estudios de epidemiología

Para realizar comparaciones en los estudios de epidemiología del trabajo, se necesita un grupo de trabajadores expuestos y un grupo de trabajadores no expuestos. Este tipo de distinciones son aproximadas, pero pueden ayudar a identificar las áreas proble- máticas. Sin embargo, cuanto más refinada sea la medida de la exposición, más útil será el estudio desde el punto de vista de su capacidad para identificar y desarrollar programas de interven- ción orientados al objetivo adecuado.

martes, 28 de mayo de 2013

Control biológico

Los biomarcadores son alteraciones moleculares, bioquímicas o celulares que pueden medirse en medios biológicos como tejidos, células o fluidos corporales del ser humano. Una importante razón para desarrollar biomarcadores de la exposición es obtener una estimación de la dosis interna de un determinado agente. Este enfoque es especialmente útil cuando es posible que existan múltiples vías de exposición (p. ej., inhalación y absorción de la piel), cuando se utilizan prendas de protección de manera inter- mitente o cuando las condiciones de la exposición son imprevisi- bles. El control biológico puede ser especialmente útil cuando se sabe que los agentes de interés tienen una vida media biológica relativamente largas. Desde el punto de vista estadístico, las ventajas del control biológico frente al control ambiental pueden observarse hasta con agentes que tienen una vida media de tan sólo diez horas, dependiendo del grado de variabilidad ambiental
(Droz y Wu 1991). La larga vida media de materiales como las dioxinas cloradas (medidas en años) convierten a estos compuestos en candidatos ideales para el control biológico. Al igual que con los métodos analíticos para la medición de las concentraciones atmosféricas, deben tenerse en cuenta las posibles interferencias. Por ejemplo, antes de utilizar un determinado metabolito como biomarcador, debe determinarse si otras sustancias comunes, como las contenidas en ciertas medicaciones o en el humo del tabaco, podrían metabolizarse para formar ese mismo metabolito. En general, el uso del control biológico para la evaluación de la exposición exige conocimientos básicos de farmacocinética.
Las mediciones suelen realizarse en el aire exhalado, la orina y la sangre. Las muestras de aire exhalado son útiles para caracterizar exposiciones elevadas y de corta duración a disol- ventes que se han producido unos minutos o unas horas antes del momento de recoger la muestra. Las muestras de orina suelen recogerse para determinar las velocidades de excreción de los metabolitos del compuesto de interés. Las muestras de sangre pueden recogerse para la medición directa del compuesto, para la medición de metabolitos o para la determi- nación de aductos de ADN o proteínas (p. ej., aductos de albú- mina o hemoglobina, y aductos de ADN en los linfocitos circulantes). También pueden tomarse muestras de las células de tejidos accesibles, como las células epiteliales de la zona bucal, para identificar aductos de ADN.
La determinación de la actividad de la colinesterasa en los hematíes y en el plasma constituye un ejemplo del uso de altera- ciones bioquímicas para medir la exposición. Los pesticidas organofosforados inhiben la actividad de la colinesterasa y, por consiguiente, la medición de esta actividad antes y después de una exposición probable a estos compuestos puede ser un indi- cador útil de la intensidad de la exposición. Sin embargo, a medida que se progresa a lo largo del espectro de alteraciones biológicas, se hace cada vez más difícil distinguir entre biomar- cadores de la exposición y del efecto. En general, las medidas del efecto no suelen ser específicas de la sustancia de interés, motivo por el cual en algunas ocasiones se tienen que descartar otras posibles explicaciones del efecto para justificar el uso de ese parámetro como medida de la exposición. Las medidas de la exposición deben estar directamente relacionadas con el agente de interés o deben constituir una base adecuada para relacionar una medida indirecta con el agente. A pesar de estos requisitos, el control biológico ofrece un gran potencial para mejorar la evaluación de la exposición en los estudios epidemiológicos.

lunes, 27 de mayo de 2013

Higiene industrial: mediciones ambientales (II)


Los investigadores han combinado con éxito las matrices de puestos de trabajo y exposiciones con la utilización de los datos de las mediciones ambientales para estimar las exposiciones en de las celdas de la matriz. Si existen lagunas en los datos de las mediciones, éstas pueden llenarse mediante el uso de modelos de exposición. Para ello, será en general necesario desarrollar un modelo que relacione las concentraciones ambientales con otros

determinantes de las concentraciones de la exposición que sean más fáciles de evaluar (p. ej., volúmenes de producción, características físicas de las instalaciones, como uso de sistemas de ventilación aspirante, volatilidad del agente y naturaleza de la actividad laboral). El modelo se construye para entornos laborales con concentraciones ambientales conocidas y, a continuación, se utiliza para estimar concentraciones en entornos laborales similares en los que no se han realizado mediciones, pero sobre los que se dispone de información acerca de parámetros como ingredientes y volúmenes de producción. Este enfoque puede ser particularmente útil para la estimación retrospectiva de las exposiciones.
Otra importante cuestión relacionada con la evaluación es el tratamiento de la exposición a mezclas. En primer lugar, desde un punto de vista analítico, las técnicas disponibles no siempre son capaces de detectar por separado compuestos químicamente relacionados y eliminar las interferencias causadas por otras sustancias presentes en la muestra. Por consiguiente, tienen que evaluarse las limitaciones de los procedimientos analíticos utili- zados para obtener los datos de las mediciones y modificar en consecuencia los objetivos del estudio. En segundo lugar, puede ocurrir que algunos agentes se utilicen casi siempre conjunta- mente y, por consiguiente, que estén presentes más o menos en las mismas proporciones relativas en todo el medio ambiente de trabajo estudiado. En esta situación, los análisis estadísticos internos per se no servirán para saber si los efectos se deben a uno u otro agente o a una combinación de ambos. Este tipo de juicios sólo podrán emitirse una vez revisados otros estudios realizados en lugares que no están expuestos a las mismas mezclas de agentes. Finalmente, cuando unos materiales se susti- tuyen por otros dependiendo de las especificaciones del producto (p. ej., utilización de diferentes colorantes para obtener los contrastes de color deseados), puede que sea imposible atri- buir efectos a un agente específico.

domingo, 26 de mayo de 2013

Vanadio

En la industria, el vanadio se absorbe principalmente por vía pulmonar. La absorción oral parece baja (menos del 1 %). Se excreta por la orina, con un semiperíodo biológico de unas 20 a 40 horas, y en menor grado por las heces. El vanadio urinario parece ser un buen indicador de exposición reciente, pero todavía no se ha establecido suficientemente la relación entre su captación y los niveles en orina. Se ha señalado que la diferencia entre las concentraciones urinarias antes del turno y después de éste permite evaluar la exposición durante la jornada de trabajo, mientras que el vanadio urinario determinado dos días después del cese de la exposición (lunes por la mañana) reflejaría la acumulación del metal en el organismo. En las personas no sometidas a exposición profesional, la concentración urinaria suele ser inferior a 1 g/g de creatinina. Se ha propuesto un valor límite biológico provisional de 50 g/g de creatinina (al término de la jornada) para el vanadio en orina.

sábado, 25 de mayo de 2013

Selenio

El selenio es un oligoelemento esencial. Sus compuestos solubles parecen absorberse fácilmente por los pulmones y por el tracto gastrointestinal. El selenio se excreta principalmente por la orina, pero cuando la exposición es muy alta se puede excretar también en el aire exhalado, en forma de vapor de dimetilselenuro. Las concentraciones normales en suero y en orina dependen de la ingesta diaria, que puede variar considerablemente en las dife- rentes partes del mundo, pero en general son inferiores a 15 g/100 ml y a 25 g/g de creatinina, respectivamente. La concentración en orina es sobre todo reflejo de exposición reciente. Todavía no se ha establecido la relación entre la inten- sidad de la exposición y la concentración de selenio en orina. Parece que la concentración en plasma (o suero) y orina refleja principalmente una exposición a corto plazo, mientras que el contenido en selenio de los eritrocitos refleja una exposición más prolongada.
La determinación de selenio en sangre u orina proporciona cierta información sobre la situación de este metal. En la actua- lidad, se suele utilizar más para detectar un déficit que una sobreexposición. Puesto que los datos existentes relativos al riesgo para la salud de la exposición prolongada al selenio y a la relación entre riesgo potencial para la salud y niveles en medios biológicos son muy limitados, no se puede proponer un valor umbral biológico.

viernes, 24 de mayo de 2013

Níquel

El níquel no es un tóxico acumulativo y casi toda la cantidad absorbida se excreta principalmente por la orina, con un semipe- ríodo biológico de 17 a 39 horas. En los sujetos no sometidos a exposición profesional, las concentraciones urinarias y plasmá- ticas de níquel suelen ser inferiores a 2 g/g de creatinina y a 0,05 g/100 ml, respectivamente.
Las concentraciones de níquel en plasma y en orina son buenos indicadores de exposición reciente al níquel metálico y a sus compuestos solubles (p. ej., durante la galvanización de níquel o la producción de baterías de níquel). Los valores dentro de los límites normales suelen indicar una exposición no signifi- cativa, mientras que los valores aumentados indican sobreexposición.

Para los trabajadores expuestos a compuestos solubles de níquel, se ha intentado proponer un valor límite biológico de 30 g/g de creatinina (al final de la jornada) en orina.
En los trabajadores expuestos a compuestos de níquel ligera- mente solubles o insolubles, los niveles elevados en los fluidos corporales suelen indicar una absorción significativa o una libe- ración progresiva de la cantidad almacenada en los pulmones; no obstante, se pueden depositar cantidades significativas de níquel en el tracto respiratorio (cavidades nasales, pulmones) sin una elevación significativa de su concentración plasmática o urinaria. Por tanto, los valores “normales” se deben interpretar con precaución y no indican necesariamente la ausencia de riesgos para la salud.

jueves, 23 de mayo de 2013

Compuestos orgánicos de mercurio

Los compuestos orgánicos de mercurio se absorben fácilmente por todas las vías. En la sangre, se encuentran principalmente en los eritrocitos (alrededor del 90 %). Es preciso hacer una distinción, no obstante, entre los compuestos alquílicos de cadena corta (principalmente metil mercurio), que son muy estables y resistentes a la biotransformación, y los derivados aril o alcoxialquil, que liberan mercurio inorgánico in vivo. Para estos últimos compuestos, la concentración de mercurio, tanto en sangre como en orina, posiblemente sea indicativa de la intensidad de la exposición.
En condiciones estables, el mercurio en sangre total y en el cabello tiene una buena correlación con la cantidad corporal total de metil mercurio y con el riesgo de que aparezcan signos de intoxicación por este compuesto. En las personas expuestas crónicamente a alquil mercurio, los signos más precoces de intoxicación (parestesias, alteraciones sensoriales) pueden aparecer cuando el nivel de mercurio en sangre y en el cabello supera los 20 g/100 ml y los 50 g/g, respectivamente.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Fusión de la asistencia sanitaria general con la atención médica de los casos indemnizables (I)

En algunos países, el tratamiento de las personas aquejadas de lesiones y enfermedades indemnizables está reservado a los médicos y profesionales sanitarios en posesión de la titulación específica que acredita sus conocimientos y cualificación en el tratamiento de tales problemas. Con esto se pretende garantizar la calidad de su asistencia.
En algunos casos, esta política ha surtido, justamente, los efectos contrarios. En efecto, la inmensa mayoría de las lesiones que atienden estos profesionales son relativamente leves y apenas precisan asistencia más allá de los primeros auxilios, por lo que revisten escaso interés profesional para los médicos. Por otra parte, en los países en que los honorarios legalmente establecidos para el tratamiento de estos casos son inferiores a los habituales, existe un incentivo económico para incrementar el número y la amplitud de los tratamientos. Por ejemplo, en el baremo de honorarios por el tratamiento de casos indemnizables vigente en el estado norteamericano de Nueva York se establece, para el tratamiento de cortes y laceraciones, un complemento de un dólar por cada punto de sutura, hasta un máximo de diez dólares. Esto hace que no sea infrecuente ver heridas pequeñas cerradas con diez puntos de sutura, incluso en casos en que bastaría la colocación de apósitos adhesivos. Además, por razones de cercanía a los lugares de trabajo, las consultas médicas y los ambulatorios dedicados al tratamiento de los casos amparados por el sistema de indemnización de los trabajadores suelen estar ubicados en distritos industriales, que no son por, regla general, las zonas más atractivas de las ciudades. Todo esto hace que la atención de las lesiones y enfermedades profesio- nales no ocupe un lugar destacado en la escala de preferencias de los profesionales de la medicina.


martes, 21 de mayo de 2013

Separar la indemnización de la prevención

Se ha aducido que la finalidad de los sistemas de indemnización por accidentes de trabajo se debe circunscribir a la recaudación y asignación de los fondos destinados al pago de las prestaciones a los trabajadores previstas en la legislación aplicable, en tanto que la prevención de las lesiones y enfermedades profesionales es una materia distinta, cuya competencia debe confiarse a otras organizaciones.
Mikaelsson y Lister (1991), por ejemplo, apuntan a que el abuso de los sistemas de indemnización que se produce en Suecia pone seriamente en tela de juicio la validez de los datos recopilados en ese país sobre los accidentes y enfermedades, que no resultan en absoluto útiles como base del diseño de los programas de prevención. Afirman que los sistemas suecos de indemnización permiten la interposición de múltiples recursos y se prestan a la arbitrariedad. Sus costes se han venido elevando rápidamente, en gran parte porque la indemnización se suele conceder sin pruebas suficientes de la relación entre el trabajo y la lesión o la enfermedad, debido a que las normas de tramita- ción desalientan la investigación rigurosa de la causa efectiva.
Esta tendencia a desdibujar o soslayar enteramente la cues- tión de la relación causal hace que los datos suecos arrojen una idea confusa de las lesiones y enfermedades profesionales. Es posible que el número de casos comunicados de ciertas enferme- dades, como los dolores lumbares, esté sobredimensionado, al mismo tiempo que es probable que se hayan pasado totalmente por alto las causas de otras enfermedades.
Es de subrayar en este punto que la nueva normativa sueca en materia de indemnización, influida por la proliferación de recla- maciones, especialmente por molestias lumbares, está en retro- ceso. Tal como funciona en la actualidad, el sistema no induce a las empresas a investigar y eliminar las causas reales de las lesiones y enfermedades profesionales. La investigación rigurosa de la naturaleza, la amplitud y el control de los riesgos profesio- nales se podría delegar en otros organismos previstos en dife- rentes disposiciones de la legislación sueca (véase “Estudio de caso: Suecia”, en la página 26.30).
Burger (1989) va más allá, al recomendar que todas las lesiones y enfermedades profesionales se indemnicen sin condi- ciones previas y que los sistemas de este tipo se incorporen al régimen general de la seguridad social. Por otra parte, afirma que, si se mantiene el requisito de la prueba de la relación causal para el pago de la indemnización, será preciso que esa prueba se practique con rigor, observando todos los criterios tradicional- mente exigidos para la validez y calidad de la información médi- co-científica.

lunes, 20 de mayo de 2013

Fiabilidad y comparabilidad de las estadísticas y del análisis de las mismas (III)

Es de subrayar que ésta no es la primera vez que se ha tomado este tipo de iniciativa en Norteamérica. Como conse- cuencia del informe elaborado en 1981 por la Comisión conjunta de investigación de las administraciones federal y provincial de Ontario sobre la seguridad en las minas e instala- ciones mineras, se recomendó la creación de una base de datos que:

• formulase definiciones claras e inequívocas de los accidentes que se deben incluir
• elaborase un perfil de cada accidente notificable (cómo, cuándo, dónde, por qué, gravedad de la lesión, etc.) y de cada trabajador (edad, sexo, clase de trabajo, tiempo en el empleo, etc.)
• facilitase información básica de las características de la pobla- ción activa en su conjunto (por ejemplo, niveles de cualifica- ción, de formación y de experiencia), junto con información sobre los niveles de producción, las horas de trabajo, etc.

En la interpretación de las estadísticas disponibles, se debe hacer hincapié en los índices definidos como umbrales de tiempo de baja laboral, y conceder un mayor peso a los índices

menos sujetos a la influencia de factores socioeconómicos (Léger
y Macun 1990).

domingo, 19 de mayo de 2013

Fiabilidad y comparabilidad de las estadísticas y del análisis de las mismas (II)

En Estados Unidos, la indemnización de los trabajadores en caso de enfermedad o lesión profesional es una actividad importante, con casi 91,3 millones de trabajadores asegurados en 1988 y casi 34.000 millones de dólares abonados en prestaciones, con un coste para las empresas, en ese ejercicio, de más de 43.000 millones de dólares. En la actualidad, los costes de indemnización de los trabajadores se incrementan más rápidamente que otros costes de asistencia sanitaria, circunstancia que no parece haber sido percibida por muchas empresas, que centran su preocupación en la subida en espiral de los costes del seguro de enfermedad de sus trabajadores, a los que muchos atribuyen toda o parte de la culpa. En contraste con lo que ocurre en Europa, parece mucho menos probable que en Estados Unidos se cree una base de datos unificada. Sin embargo, se ha indicado que sería conveniente facilitar el acceso a la información sobre la indemnización de los trabajadores a las personas interesadas en conocerlos, induciendo a las bibliotecas y a los centros de datos de las ciencias de la salud a que recojan y difundan tales datos (Johnson y Schmieden 1992). Un estudio realizado por estos autores en 340 bibliotecas especializadas de los Estados Unidos y Canadá puso de manifiesto que sólo la mitad contaban con servicios de información en esta materia y que únicamente en el 10 % se preveía la necesidad de contar en el futuro con un servicio de recogida de estos datos; la mayor parte de los centros encuestados, o bien se abstuvieron de responder, o bien señalaron que no había necesidad de realizar tal labor. Dada la creciente preocupación por el rápido incre- mento de los costes de indemnización por accidentes de trabajo, parece razonable pensar que las empresas, las entidades asegura- doras y sus consultores presionen en favor de la creación de estos centros de datos.

sábado, 18 de mayo de 2013

Método del deterioro físico (I)

Este método ha sido el tradicional y es el más utilizado en las indemnizaciones por accidentes de trabajo, así como en las pensiones militares. La indemnización se calcula por referencia al grado estimado de deterioro físico y mental resultante de la inca- pacidad. Suelen utilizarse escalas de puntuación que atribuyen

porcentajes a una lista de incapacidades. En algunas jurisdic- ciones se aplica rígidamente la escala vigente. En otras se utiliza como guía. A veces se permiten o se prescriben variaciones. Así ocurre cuando hay algún factor agravante.
El contenido de las escalas suele criticarse por demasiado rígido. Por ejemplo, suele asignarse a las amputaciones un porcentaje que parece alto a la vista de la perfección de las prótesis modernas. Trastornos más sutiles de las funciones corporales reciben comúnmente puntuaciones bajas en compa- ración con su repercusión en la vida de los beneficiarios. La American Medical Association publica una lista más amplia que es utilizada por algunas jurisdicciones, bien exclusivamente, bien como referencia cuando su escala propia no incluye alguna inca- pacidad concreta.
Independientemente de cómo se fije el porcentaje, la pensión se calcula aplicando éste a lo que habría recibido el beneficiario de haber sido clasificado como incapacitado total. En las juris- dicciones que utilizan este método, la escala se utiliza también comúnmente para distinguir la incapacidad total de la parcial. Cuando la incapacidad se puntúa por debajo de cierto porcen- taje (normalmente, el 10 %), en lugar de una pensión suele pagarse una cantidad a tanto alzado, que se calcula utilizando el mismo método y convirtiendo después la pensión resultante a un tanto alzado, o por cualquier otro método. Como la gran mayoría de las incapacidades permanentes son menores, la mayoría de las prestaciones por incapacidad parcial permanente adoptan la forma de una cantidad a tanto alzado. Algunas juris- dicciones disponen que las incapacidades menores no sean indemnizables.

viernes, 17 de mayo de 2013

Incapacidad parcial permanente

Esta categoría designa la incapacidad permanente no conside- rada total. Los mismos métodos (que se exponen más adelante) utilizados para estimar el grado de incapacidad parcial se utilizan también comúnmente para distinguir la incapacidad total de la parcial. La indemnización se paga en forma de cantidad a tanto alzado cuando la incapacidad es poco grave y de prestaciones periódicas cuando es grave. Puede pagarse una pensión vitalicia o hasta la edad normal de jubilación, pero en algunas jurisdicciones su duración es más limitada.
Excepto cuando se trata de incapacidades menores, la pensión fija tiene grandes ventajas en comparación con la cantidad a tanto alzado. Mientras que esta última sirve primordialmente para atender a la pérdida futura de ganancias y a algunos de los costes futuros de la incapacidad, aquélla tiene la gran ventaja de que puede pagarse exactamente por la duración de la pérdida. La cantidad a tanto alzado exige estimar la esperanza de vida, y en casi todos los casos esa estimación es errónea. Además, esa cantidad suele gastarse en un tiempo relativamente breve y en tal caso el beneficiario habría de ser mantenido con cargo a los ingresos públicos generales. La pensión fija ofrece la mejor protección para el presupuesto de la seguridad social.
El cálculo de las prestaciones por incapacidad parcial perma- nente ha sido el problema más difícil de la historia de la indem- nización por accidentes de trabajo. Básicamente, se utilizan tres métodos.

jueves, 16 de mayo de 2013

Incapacidad total permanente

En muchas jurisdicciones, la incapacidad grave se clasifica como total independientemente de su repercusión en las ganancias o capacidad de ganancias. Por ejemplo, la ceguera total, la paraplejía o la pérdida de dos miembros se clasifican generalmente como incapacidades totales permanentes. Como justificación seaduce que debe pagarse indemnización por ellas, independiente- mente de su alcance económico. Se señala también que suelen dar lugar a costes y, por tanto, a pérdidas económicas, indepen- dientemente de su repercusión en las ganancias. Quizá la justificación más importante es que el pago de una pensión fija sin investigación de la pérdida económica preserva la libertad del individuo, alivia la ansiedad y maximiza el incentivo a la rehabilitación. Algunas jurisdicciones conceden un importe a tanto alzado, además de la pensión.
En otros casos, las prestaciones por incapacidad permanente guardan relación con la pérdida de ganancias, por lo que sólo se pagan cuando se estima que esta última será permanente y total. Sobre todo entre los trabajadores de más edad, se tiene en cuenta el alcance económico de la incapacidad, aun cuando sea bajo el grado de deterioro físico. No obstante, en tales casos es frecuente que haya resistencia a reconocer que la pérdida de ganancias a consecuencia de la incapacidad es probablemente permanente y total.
Una vez que un caso es considerado de incapacidad total permanente, puede pagarse una pensión durante toda la vida o hasta la edad normal de jubilación, si bien en algunas jurisdic- ciones la duración es menor. La fórmula para calcular la pensión es unas veces la misma que en las prestaciones por incapacidad total transitoria, y otras veces es diferente. En particular, puede ajustarse el nivel salarial tal como se indicó en el apartado titu- lado Nivel salarial (véase más arriba).
En los regímenes administrados por las compañías de seguros, el derecho a percibir cantidades periódicas por una incapacidad permanente se sustituye a veces por el cobro de una cantidad a tanto alzado, aunque en algunas jurisdicciones se conceden anualidades.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Incapacidad parcial transitoria

Algunas jurisdicciones no utilizan en absoluto esta categoría. Otras la emplean cuando el beneficiario ha conseguido ya cierta recuperación y puede realizar algún trabajo, pero no el de su ocupación regular. En la mayoría de los casos no vale la pena utilizar esta categoría, ya que el beneficiario podrá retornar a la ocupación regular, en cualquier caso, en el plazo de algunos días. En las jurisdicciones que utilizan la puntuación según la experiencia o en las que las empresas tienen por otro motivo algún incentivo financiero para invocar esta categoría, hay dificultades de administración y reconocimiento sustanciales al decidir qué tipo de trabajo se adapta a la condición actual del beneficiario. El miedo al abuso del sistema suscita resistencia a dejar que sea el trabajador el que decida; habría dificultades análogas si se permitiera decidir a la empresa. Al tomar la decisión, se plantea el problema de que acaso los conflictos sobre cuál es el trabajo adecuado para una situación médica particular no puedan resol- verse justa y eficientemente sin una investigación. La mayoría de los regímenes no están preparados para realizar una investiga- ción rápida, y algunos no la realizan en absoluto, excepto en caso de recurso. Las decisiones tomadas en estas cuestiones con carácter perentorio son causa de daños terapéuticos, así como de injusticia y derroche. Pueden asimismo provocar en la relación de empleo una tensión que cree impedimentos para la rehabilitación. En parte por estos motivos, algunas jurisdicciones prefieren evitar o minimizar el uso de esta categoría.
En los casos clasificados como de incapacidad parcial transi- toria, el nivel de prestaciones suele ser un porcentaje de la diferencia entre las ganancias previas del beneficiario y las ganancias actuales o la suma que se considera que podría estar percibiendo (ganancias “supuestas”). En algunas jurisdicciones es obligatorio calcular ese nivel de prestaciones por referencia al grado de deterioro físico, pero tal método es poco realista. El período durante el cual puede aplicarse esta categoría es normalmente breve y existe la posibilidad de que la gravedad de la incapacidad cambie con tanta rapidez que resulte inviable este método de cálculo. Algunas jurisdicciones no conceden indemnización por incapacidad parcial transitoria si es pequeña la repercusión en la capacidad de ganancias o en las mismas ganancias.
Determinadas jurisdicciones exigen que el beneficiario resida en ellas como requisito para seguir disfrutando de las presta- ciones transitorias. Otras sólo exigen la presencia durante el período en que se necesita tratamiento médico.

martes, 14 de mayo de 2013

TECNOLOGIAS GLOBALIZADORAS Y TRANSFORMACION DEL TRABAJO (IV)

Este proceso de reestructuración ha tenido efectos profundos en la cantidad y la naturaleza del empleo, entre los que pueden citarse:

• el aumento de los niveles de desempleo estructural, a medida que las máquinas y la inteligencia artificial asumen actividades reservadas con anterioridad a las personas y a la inteligencia humana
• el aumento de la polarización de la población activa, caracteri- zada por la separación entre las personas que trabajan un número excesivo de horas en puestos a jornada completa, y los que constituyen una reserva de mano de obra “contingente” cada vez mayor, situados en la periferia, empleados a tiempo parcial, temporalmente o con contratos a corto plazo
• la transformación del proceso de trabajo, sobre todo en el segundo grupo de trabajadores, caracterizada por la inmersión total de éstos en un medio ambiente de trabajo programado, en el que los ordenadores definen las tareas que deben reali- zarse y controlan y miden el rendimiento.

En esencia, las relaciones de trabajo son cada vez menos las de un sistema abierto en el que interactúan los trabajadores, los bienes de equipo y la dirección y más las de un sistema ciberné- tico cerrado en el que el trabajador constituye una pieza opera- tiva o, en el sector de los servicios, una extensión humana de buena presencia. En lugar de trabajar con máquinas y herra- mientas, cada vez más se trabaja para las máquinas, incluso dentro de ellas, en el sentido de que las personas actúan como voz, dedos o brazos de sistemas de producción y tratamiento de la información completamente programados. Podría tratarse de lo que Donna Haraway denomina la nueva cibernética del trabajo, en la que las relaciones laborales se definen y negocian enteramente en función de las condiciones de funcionamiento de los sistemas (Haraway 1991).

lunes, 13 de mayo de 2013

TECNOLOGIAS GLOBALIZADORAS Y TRANSFORMACION DEL TRABAJO (III)

En el ámbito militar, la respuesta rápida se utilizó para producir sistemas de armamento innovadores durante la Guerra del Golfo. En la industria, se ha utilizado en la producción de pantalones vaqueros y otros artículos de venta al por menor. En el sector de los servicios, se ha aplicado a la prestación de asis- tencia sanitaria a la comunidad cuando los recortes del gasto público han dado lugar al cierre de hospitales y a la reducción o la eliminación de servicios institucionales. Mediante las técnicas de RR, lo que funcionaba como una serie de fases o activi- dades independientes desarrolladas en uno o dos lugares institucionales, se ha convertido en una interacción fluida de fases concurrentes y acciones diferenciadas que se llevan a cabo en un conjunto de lugares distintos. No obstante, todas estas fases y acciones están coordinadas a través de redes electrónicas y sistemas centralizados de gestión de la información. Antes, las personas y los grupos de trabajo se ocupaban de la coordinación
y la integración necesarias en los diferentes lugares de trabajo; ahora, el software de sistemas une y gestiona las conexiones. Agilidad es el término utilizado para describir aquello que presta la fluidez necesaria a las acciones sobre el terreno. La agilidad se considera la fase final de la reingeniería del proceso productivo mediante la utilización de las comunicaciones infor- máticas. La reestructuración comenzó con la integración de subsistemas automatizados para crear sistemas operativos semi- cibernéticos de mayor tamaño. Este proceso recibió el nombre de fabricación integrada por ordenador. A medida que los sistemas que intervienen en esta fase fueron ampliándose regularmente para incluir subcontratistas y proveedores en las redes operativas de las empresas, dicho proceso dió paso a la fabricación just in time, que constituye el “eje” del cambio de paradigma y en la que el sistema de producción, sometido a la reingeniería, se ha trans- formado (o “mutado”) en un nuevo concepto del proceso productivo, sensible al tiempo. Con la adopción de la produc- ción ajustada, como también se ha denominado, la prioridad pasó de la integración de maquinaria en este nuevo proceso a la integración de las personas que gestionaban los sistemas. Los círculos de calidad, la gestión de la calidad total y otros programas de “formación cultural” instruyeron a los trabaja- dores para que se identificaran con los objetivos de producti- vidad y competitividad de la dirección y contribuyeran a un ajuste constante del proceso productivo con el fin de alcanzar esos objetivos. A principio del decenio de 1990, los ajustes se orientaron cada vez más a la armonización de las operaciones conforme a normas y subsistemas normalizados. Asimismo, dejó de concederse prioridad a la flexibilidad y a la capacidad de intercambio en instalaciones de producción locales y se prestó mayor atención a la capacidad de intercambio entre instala- ciones integradas en redes a escala mundial. El objetivo de la agilidad, que estaba aún por materializar a mediados del decenio de 1990, consistía en la distribución flexible del trabajo entre un conjunto organizado de lugares de trabajo conectados
(y conectables directamente) con la autopista de la información. El objetivo asociado con éste era la creación y utilización de un conjunto mundial de mano de obra situada en todas partes, desde fábricas automatizadas, talleres, clínicas y oficinas hasta hogares particulares, sótanos, garajes y camiones.

domingo, 12 de mayo de 2013

TECNOLOGIAS GLOBALIZADORAS Y TRANSFORMACION DEL TRABAJO (II)

Tres tipos de tecnología, en particular, ponen de relieve la magnitud de la transformación que se está produciendo:
• la superautopista de la información;
• un instrumento de planificación denominado “respuesta rápida”;
• una estrategia de organización de la producción denominada
“agilidad”.

La superautopista representa la convergencia de muchas tecnologías, como la televisión, los videojuegos, la compra interactiva y la edición electrónica, unidas a las tecnologías esen- ciales de la informática y la comunicación. Estas siguen constituyendo la base tecnológica que permite el funciona- miento y amplía el alcance de todas las demás. Este alcance ha aumentado de manera significativa desde el principio del decenio de 1990, gracias a la cuantiosa inversión pública en las infraestructuras de esta autopista que se ha realizado en nume- rosos países industrializados. Además, aunque los medios de comunicación, que han difundido el desarrollo de la autopista entre el público en general, han hecho hincapié en sus posibili- dades en materia de educación y ocio, su uso esencial desde el principio ha sido empresarial. La precursora del Programa Nacional de Infraestructuras de Información de Estados Unidos, lanzado en 1994, fue la Ley de informática de alto rendimiento, de 1988, del entonces senador Al Gore, dirigida exclusivamente
a las grandes empresas. En Canadá, la primera publicación del gobierno federal sobre la autopista de la información, que data de 1994, se refiere a ésta como un instrumento para mejorar la competitividad de las empresas.
La respuesta rápida (RR) podría haber quedado simplemente como una interesante estrategia de marketing de la cadena italiana de tiendas de ropa Benneton, si no fuera por la impor- tancia adquirida por las redes. La idea inicial consistía sencilla- mente en crear vínculos de retroinformación en línea entre las tiendas que venden ropa de Benneton y la sede principal de la empresa, donde se subcontrataba la confección de esa ropa en diferentes estilos, colores y tallas a talleres locales. Desde princi- pios del decenio de 1990, la RR se ha convertido en un nuevo patrón de actuación en todos los sectores de la economía.

sábado, 11 de mayo de 2013

TECNOLOGIAS GLOBALIZADORAS Y TRANSFORMACION DEL TRABAJO (I)

Las nuevas tecnologías de la comunicación informática han dejado de ser un conjunto de herramientas y métodos de produc- ción utilizados en un entorno industrial. Como predijo el experto canadiense en comunicación Marshall McLuhan en el decenio de
1960, se han convertido en el entorno en sí, que nos rodea por todas partes. Los sistemas de comunicación de la nueva economía constituyen no sólo las nuevas herramientas de producción, sino también un medio ambiente de trabajo y una actividad econó- mica plenamente programada, que modifica todo, tanto cuantitativamente (en cuanto a puestos de trabajo y cualificaciones exigidas), como cualitativamente (en lo que respecta al control y el dominio). Por su magnitud, es oportuno considerar esta trans- formación como un cambio de paradigma de la era industrial a la postindustrial.
Este cambio de paradigma comenzó con la informatización y la consiguiente automatización del trabajo en el decenio de 1970
y principios del de 1980. La transformación continuó con la integración de los ordenadores y los sistemas de comunicación, que generó subsistemas de producción en los centros de opera- ciones y sistemas de información, para la gestión en los centros de decisión del entorno administrativo. Con la mejora de la convergencia, la integración se amplió, y pequeños subsistemas locales dieron paso a grandes unidades nacionales y multinacio- nales y a una unificación plena de las operaciones de gestión y decisión. Gradualmente, las cuestiones de comunicación fueron adquiriendo mayor prioridad, y el “netware” necesario para la creación de redes se convirtió en algo tan importante como el hardware y el software de uso individual. A principios del decenio de 1990, comenzó a cambiar también la percepción de los sistemas. Las redes corporativas y de otros tipos se consideraban un medio para alcanzar otros fines y las redes se veían como fines en sí mismas. Ha surgido una superautopista mundial de la información, que se ha convertido en la nuevainfraestructura postindustrial de creación de redes, y el para- digma ha cambiado por completo. Las redes han pasado a ser el contexto de la nueva economía. Cada vez más, son los lugares en los que se realizan las transacciones económicas y constituyen el medio de distribución no sólo del dinero, sino también de los bienes y los servicios, e incluso del trabajo. Asimismo, las redes son la clave de los procesos de reingeniería y reestructuración que permiten pasar de una economía industrial a otra postindustrial, al menos en el sector de la economía interna- cional dominado por las empresas transnacionales de carácter monopolístico. Las redes mundiales de información y produc- ción ofrecen a estas empresas una ventaja considerable respecto a los países de reciente desarrollo y en desarrollo en todos los índices de rendimiento corporativo, desde la productividad hasta la escala y la rapidez. La integración en redes puede situar a estas empresas en condiciones de lanzar una nueva ola de “colo- nización” mundial, si lo desean.

viernes, 10 de mayo de 2013

Responsabilidad penal (I)

La responsabilidad penal resultante de una lesión profesional, considerada en su sentido más lato de incurrir en una sanción, se puede producir por cuatro causas distintas.
En primer lugar, el acaecimiento de un accidente de trabajo o la aparición de una enfermedad profesional debe ser subsumible en las disposiciones legales ejecutorias de las leyes y los regla- mentos aplicables a la salud y seguridad en el trabajo. Por una parte, la inspección de trabajo de la mayoría de los países está demasiado infradotada de personal para ejercer una supervisión continua de todos los posibles riesgos. Por otra parte, cuando se tiene conocimiento de la producción de un accidente o de una enfermedad, normalmente, mediante su comunicación obliga- toria, se pueden realizar visitas de inspección que, en su caso, tienen su continuación en el ejercicio de acciones penales.
En segundo lugar, en algunas normas legales aplicables a la salud y seguridad en el trabajo figuran disposiciones relativas a las sanciones imponibles en caso de producirse accidentes o lesiones, especialmente si son graves. Existen disposiciones equi- valentes a éstas en los sistemas de indemnización por accidente de trabajo, consistentes en un incremento de las cotizaciones de las empresas que muestran un pobre historial en materia de salud y seguridad.
En tercer lugar, las lesiones profesionales, en especial si son graves o fatales, pueden ser subsumibles en determinados tipos penales no asociados directamente a la salud y seguridad en el trabajo, como son los de homicidio, incendio, daños, estragos, etc. En algunas naciones, como Italia y los Países Bajos, las sanciones aplicables a estos delitos se agravan en algunos casos si los hechos se producen en un lugar de trabajo.
Por último, en algunos códigos penales existen disposiciones especiales aplicables a las lesiones provocadas por la violación de las normas de salud y seguridad en el trabajo.

jueves, 9 de mayo de 2013

Conflictos de leyes

Se impone en este punto una mención del funcionamiento de la responsabilidad civil en los casos en que la lesión profesional se produce en circunstancias susceptibles de subsumirse en varios ordenamientos legales. En la actualidad, resulta frecuente que ciertas actividades peligrosas, como la construcción o las prospec- ciones petrolíferas, se lleven a cabo en un país por empresas de otro país que emplean trabajadores de terceros países. Si, en tales circunstancias, sobreviene una lesión o enfermedad, se produce un conflicto de leyes y se aplican las normas del derecho interna- cional privado. Su carácter internacional no consiste en que se trate de normas de aceptación universal o general en todos los ordenamientos jurídicos, sino, más bien, de una rama propia y privativa de cada sistema de derecho privado; sin embargo, las divergencias son mínimas en lo que respecta a la regulación de diversas materias y algunas de las áreas de divergencia subsis- tentes se encuentran en vías de armonización, principalmente a través de los convenios internacionales. Siempre que en un orde- namiento jurídico aparece una referencia a las reglas del derecho internacional privado, se trata únicamente de elucidar tres cues- tiones previas. En primer lugar, está la cuestión de si los tribunales del país son o no competentes para conocer la materia. Si la cuestión de competencia se resuelve afirmativamente, el tribunal debe decidir a continuación si aplica su propia legislación

nacional u otro ordenamiento legal aplicable en principio. Por último, el tribunal ha de decidir sobre el reconocimiento de la doctrina jurisprudencial establecida en un país extranjero o sobre la estimación o denegación de la ejecutoriedad de una sentencia extranjera en la que se reconozcan derechos a una de las partes. El concurso de distintas legislaciones nacionales en un una misma reclamación por daños puede conducir al “oportunismo jurisdiccional”, esto es, al intento de presentar la demanda en el país en el que parezca poder obtenerse una indemnización más elevada.


miércoles, 8 de mayo de 2013

Clases de indemnización

La indemnización que se puede obtener mediante el ejercicio de acciones civiles se enmarca en tres clases distintas, aunque no todas ellas están universalmente reconocidas: (a) reembolso de todos los gastos de asistencia médica y de rehabilitación no cubiertos por la seguridad social; (b) compensación por la pérdida de ingresos, que en la mayoría de los países se concede en la medida en que no se encuentre prevista en la seguridad social, (c) resarcimiento de daños morales, desfiguración y pérdida de disfrute o de las expectativas de vida. El principio que subyace en el resarcimiento de los daños culposos es el de la reparación, esto es, la restitución del demandante a una situación, como mínimo, igual a la que habría disfrutado si el acto culposo no se hubiese cometido.
La pérdida de ingresos se compensa en algunos casos mediante pagos periódicos complementarios de las prestaciones abonadas por la seguridad social y de los ingresos que el trabajador pueda devengar con posterioridad a la lesión, de modo que el ingreso total se sitúe en el nivel anterior. Por regla general, la compensación se realiza mediante un pago único. En los casos de fallecimiento o incapacidad permanente, la necesaria estimación de los ingresos futuros tiene un carácter necesa- riamente especulativo, tanto por lo que respecta al nivel de ingresos, como en relación con la esperanza de vida. Si se concede una prestación a los derechohabientes, la estimación recae, no solo sobre los futuros ingresos previsibles, sino también sobre las expectativas de sustento futuro. Si bien se procura tomar en consideración la inflación y la presión fiscal, resulta extraordinariamente difícil realizar una estimación realista de estos factores en el cálculo de un pago único. Por lo tanto, no es sorprendente que el montante de los pagos únicos abonados para compensar la pérdida de ingresos varíe sensiblemente y que
a veces se prefieran los subsidios abonables mediante pagos periódicos, en los que resulta más fácil tomar en consideración los efectos de la inflación y de la presión fiscal.
La indemnización por pérdidas no pecuniarias del tipo de los daños morales sólo puede basarse en una estimación razonable. También en este caso se registran variaciones en el montante de las indemnizaciones. En algunos ordenamientos jurídicos, los tribunales están facultados para adjudicar indemnizaciones de castigo, cuyo montante puede resultar muy elevado.

martes, 7 de mayo de 2013

Plazos para reclamar

En la mayoría de los ordenamientos jurídicos se fijan unos plazos más o menos breves para la interposición de reclamaciones a partir de la fecha de producción de la causa para reclamar. Aunque, en algún caso, el plazo puede ser de sólo doce meses, su duración normal es de dos a tres años. Dado que las demoras prolongadas dificultan la prueba de los hechos, la preclusión de los plazos redunda en interés de todos los interesados.
Sin embargo, con la aparición de enfermedades profesionales que sólo presentan síntomas muchos años después de la exposición a los agentes y sustancias causantes —específicamente, aunque no exclusivamente, los diversos tipos de cáncer de origen profesional— se evidenció que, en algunos casos, se imponía fijar como inicio del plazo de presentación de la reclamación el momento en que el trabajador afectado tiene conocimiento de que le asiste una causa para reclamar. En la actualidad, esta circunstancia es objeto de amplio reconocimiento, tanto en la legislación especial aplicable, como en las disposiciones espe- ciales de las leyes generales de limitación de la responsabilidad. Esta tendencia no elimina automáticamente todas las dificul- tades, ya que no siempre resulta fácil determinar el punto en el tiempo en que el actor ha estado o ha debido estar en posesión de todos los elementos de juicio necesarios para deducir su demanda. Esto se facilita un tanto si la patología en cuestión figura en una relación o clasificación de enfermedades.


lunes, 6 de mayo de 2013

Aspectos éticos de la relación con consumidores de drogas ilegales (i)

La empresa se enfrentará a decisiones éticas difíciles en su rela- ción con un trabajador que consume, o ha consumido en el pasado, drogas ilegales. Por ejemplo, se ha planteado la cuestión de si una empresa debe despedir a un trabajador que está dete- nido o acusado de un delito relacionado con drogas ilegales. Si el delito es tan grave que la persona deba ingresar en prisión, es evidente que no podrá trabajar. Sin embargo, en muchos casos, los consumidores y pequeños traficantes, que venden sólo lo nece- sario para financiarse su propio hábito, obtienen libertad condicional o se les sanciona con una multa. En tal caso, la empresa no debería considerar otras sanciones disciplinarias o el despido del trabajador por su conducta fuera de las horas y los locales de trabajo. En algunos países, si la persona ha cumplido su condena
o ha pagado la multa correspondiente, puede existir una barrera jurídica real contra la discriminación laboral de esa persona.
Otra cuestión que se plantea a veces es si un consumidor de drogas ilegales en el pasado o en el presente debe ser objeto de discriminación laboral por parte de las empresas. Se dice que la respuesta ética debe ser que los consumidores de drogas ilegales en el pasado o en el presente no sean objeto de discriminación si el consumo tiene lugar fuera de las horas de trabajo y fuera del lugar de trabajo. En este sentido, la empresa debe estar dispuesta a realizar los ajustes necesarios para adaptar el trabajo al consumidor actual de drogas ilegales que está de baja para recibir asesoramiento, tratamiento o rehabilitación. Esta postura se recoge en la ley federal canadiense sobre los derechos humanos, que prohibe la discriminación laboral por motivos de discapacidad y califica como tal la dependencia del alcohol y las drogas. También la legislación laboral francesa prohibe la discriminación laboral por motivos de salud o discapacidad, a no ser que el médico determine que la persona está incapacitada para trabajar. En cambio, la legislación de Estados Unidos protege de la discriminación a los que han consumido drogas en el pasado, pero no a los que las consumen en el presente.

sábado, 4 de mayo de 2013

Aspectos éticos de los servicios de asesoramiento, tratamiento y rehabilitación

También pueden plantearse cuestiones éticas relacionadas con la ayuda que se ofrece a los trabajadores. El problema inicial que puede surgir es el de la evaluación y la remisión. Este tipo de servicios pueden ser prestados por el servicio de medicina de trabajo de la empresa, un profesional sanitario que trabaje en un programa de asistencia a los empleados o por el médico personal del trabajador. Si no existe ninguna de estas posibilidades, la empresa tendrá que encontrar a otros profesionales especializados en el asesoramiento, tratamiento y rehabilitación de los problemas derivados del consumo de alcohol y drogas y sugerir al trabajador que se ponga en contacto con alguno de ellos para que evalúe su estado y, en su caso, lo remita al especialista adecuado.
La empresa debe también intentar ayudar al trabajador durante todo el tiempo que esté de baja laboral para recibir tratamiento. En la medida de lo posible, la empresa debe poner
a disposición del trabajador la posibilidad de una baja laboral remunerada y otro tipo de excedencias cuando su tratamiento exija hospitalización. Si el tratamiento ambulatorio del traba- jador requiere la adaptación de su horario de trabajo o la reduc- ción de su jornada, la empresa debe responder favorablemente a estas peticiones y realizar los ajustes necesarios, sobre todo porque el hecho de que la persona siga trabajando en la empresa se considera un factor positivo para su recuperación. La empresa debe también ofrecer apoyo y vigilar el rendimiento del trabajador. Si el medio ambiente de trabajo puede haber contribuido inicialmente al problema de alcohol o drogas, la empresa debe introducir los cambios necesarios en el lugar de trabajo. Si esto no es posible ni práctico, debe considerarse la posibilidad de transferir al trabajador a otro puesto de trabajo una vez realizada la readaptación profesional razonable y necesaria.
Una cuestión ética complicada es hasta qué punto la empresa debe seguir ayudando a un trabajador que se encuentra de baja por problemas de salud relacionados con el alcohol y las drogas
y en qué momento debe despedirle por razones de salud. En principio, la empresa debe considerarlo como cualquier otro tipo de baja laboral por enfermedad y las mismas consideraciones que aplique a los otros despidos por motivos de salud deberá aplicarlas a los despidos causado por problemas relacionados con el alcohol y las drogas. Por otra parte, las empresas no deben olvidar que puede producirse una recaída y que, de hecho, ésta forma parte del proceso hacia una recuperación completa.

viernes, 3 de mayo de 2013

Pruebas de rendimiento por ordenador

Algunos comentaristas han sugerido las pruebas de rendimiento por ordenador como método alternativo para detectar a los trabajadores que están bajo la influencia del alcohol y las drogas. Se ha dicho que estas pruebas son más eficaces que otras alterna- tivas de identificación porque determinan la incapacidad actual y no el consumo previo, son más dignas, constituyen una menor intromisión en la vida privada, y la incapacidad laboral puede atribuirse a distintas razones, como falta de sueño, enfermedad o intoxicación por alcohol o drogas. La principal objeción a estas pruebas es que, desde el punto de vista técnico, no siempre miden con exactitud las destrezas para el trabajo que pretenden medir, no siempre detectan niveles bajos de alcohol y drogas que también pueden afectar al rendimiento, y las pruebas más sensi- bles y exactas son a la vez las que resultan más costosas y difíciles de administrar.

jueves, 2 de mayo de 2013

Observación y vigilancia

La observación y la vigilancia son los métodos tradicionales para detectar problemas de alcohol y drogas en el lugar de trabajo. En términos sencillos, si un trabajador muestra claras señales de intoxicación o de sus efectos posteriores, su supervisor puede identifi- carle por su comportamiento. El método de la supervisión para detectar problemas de alcohol y drogas es el más extendido, el menos polémico y el preferido por los representantes de los trabajadores. Sin embargo, la doctrina que mantiene que el trata- miento de los problemas de drogas y alcohol tiene más posibilidades de éxito si se basa en una intervención precoz, plantea un problema ético. Si este enfoque se aplica a la observa- ción y la vigilancia, los supervisores pueden verse tentados a iden- tificar signos de conducta ambigua o menor rendimiento en el trabajo y especular sobre el consumo privado de alcohol o drogas por parte de un trabajador. La observación minuciosa, combi- nada con un cierto grado de especulación, puede tacharse de poco ética. Por lo tanto, los supervisores deben limitarse a los casos en los que el trabajador está claramente bajo la influencia del alcohol o las drogas y por ello no sea capaz de conseguir un nivel aceptable de rendimiento en el trabajo.
La otra cuestión que se plantea es lo que debe hacer un supervisor cuando el trabajador muestra claras señales de intoxica- ción. Algunos comentaristas pensaban antes que el supervisor debía enfrentarse al trabajador y desempeñar un papel directo a la hora de ayudarle. Sin embargo, en la actualidad predomina la opinión de que un enfrentamiento así puede ser contraprodu- cente y de que posiblemente agravará el problema. Por el contrario, el trabajador debe ser remitido a un servicio de salud adecuado que evalúe su problema y, en caso necesario, le ofrezca asesoramiento, tratamiento y rehabilitación.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Conclusión El Proyecto Africano de Salud y Seguridad de la OIT-FINNIDA

El Proyecto Africano de Salud y Seguridad de la OIT-FINNIDA ha asumido una tarea particularmente complicada y exigente: cambiar nuestros viejos conceptos y prácticas con respecto al aprendizaje y la formación. El problema de la reflexión sobre el aprendizaje es que este concepto ha perdido, en su uso actual, su significado central, identificándose con el de asimilación de información, que sólo guarda una lejana relación con el auténtico aprendizaje, mediante el cual nos reformamos y adquirimos la capacidad de hacer algo que con anterioridad no podíamos hacer
(Senge 1990). Este es el mensaje del nuevo enfoque de nuestro proyecto con respecto al aprendizaje y la formación.

Final EDUCACION Y FORMACION

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