viernes, 30 de noviembre de 2012

Factores independientes de la voluntad de la empresa

La identificación de las actitudes negativas manifestadas por las empresas como la causa principal de que los discapacitados sufran elevadas tasas de desempleo contribuye sistemáticamente a desviar la atención de otros problemas importantes que se deben abordar para lograr un cambio efectivo.
Por ejemplo:

• Una encuesta recientemente realizada en el Reino Unido reveló que el 80 % de las empresas no eran conscientes de haber recibido jamás una sola solicitud de empleo de un discapacitado.
• Los sistemas de bienestar social y de prestaciones suelen desin- centivar la incorporación al trabajo de los discapacitados.
• Tanto las redes de transporte como las áreas de vivienda son notoriamente inaccesibles, y las personas sólo pueden confiar en encontrar trabajo cuando han satisfecho sus necesidades básicas de vivienda, transporte y subsistencia.
• Según una encuesta reciente del Reino Unido, el 59 % de los demandantes de empleo discapacitados carecían de cualifica- ción, en contraste con un 23 % de trabajadores no cualificados entre los demás demandantes. Por regla general, los discapaci- tados se ven, sencillamente, imposibilitados de competir en el mercado de trabajo a menos que posean un nivel de cualifica- ción competitivo.
• Los profesionales de la medicina suelen subestimar el potencial de los discapacitados para rendir en el trabajo y, por tanto, se muestran incapaces de recomendar los ajustes y adaptaciones precisos para que éstos puedan acceder al empleo.
• Es improbable que los discapacitados reciban orientaciones válidas para su promoción profesional, y sus posibilidades son sistemáticamente subestimadas por profesores y asesores.

• Las cuotas y otras iniciativas legislativas poco felices erosionan sistemáticamente el mensaje de que la discapacidad es un problema de igualdad de oportunidades.

Un ordenamiento jurídico que genere un marco de relaciones contencioso o litigioso reduce las perspectivas de empleo de los discapacitados, debido a que su contratación podría entrañar un riesgo para la empresa.
Los profesionales de la rehabilitación suelen tener dificultades para conseguir una formación y titulación especializadas, y pocas veces cuentan con la financiación necesaria para suminis- trar a las empresas los productos y servicios idóneos.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Funciones de las empresas

En diversas ocasiones y en diferentes coyunturas, el funciona- miento de los sistemas y servicios induce a las empresas a desem- peñar una o más de las funciones siguientes, que, no obstante, no se suelen estructurar.
• el problema: “se precisa esclarecimiento”;
• el objetivo: “se precisan educación, información y sensibi- liza- ción”;
• el cliente: “inducir a la empresa a utilizar nuestros servicios para contratar y emplear a personas discapacitadas”;
• la asociación: inducir a la empresa a “establecer una relación duradera y mutuamente satisfactoria”.
Además, mientras dure la relación, es posible - en realidad, es lo más probable - que se recabe de la empresa que asuma funciones filantrópicas o de financiación.
La clave del éxito consiste en tratar a la empresa como
“cliente”. De hecho, los sistemas en que se valora únicamente a la empresa como “el problema” o “el objetivo” están abocados a un círculo vicioso de disfunciones.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Asistimos al nacimiento de una tendencia de ámbito internacional

Asistimos al nacimiento de una tendencia de ámbito internacional caracterizada por el desarrollo de los servicios de “entrenamiento para el trabajo” al reconocimiento de que el éxito de la rehabilitación de los discapacitados es una función de la calidad de los servicios y del apoyo prestado a la empresa. Es seguro que el principio de que “mejores servicios para las empresas suponen mejores servicios a los discapacitados” será objeto de mayor aceptación a medida que aumenta la presión económica sobre las empresas en virtud de la política de reestructuración y ahorro aplicada por las administraciones públicas.

No obstante, resulta sumamente significativo que, en un reciente informe de Helios (1994), en el que se resumen las competencias que precisan los especialistas en rehabilitación profesional, no se haga mención alguna de la necesidad de adquirir cualificaciones asociadas al tratamiento de las empresas como clientes. Si bien se observa una conciencia cada vez mayor de la necesidad de trabajar en asociación con las empresas, nuestra expe- riencia demuestra la dificultad de establecer y mantener esta asociación hasta tanto los profesionales de la rehabilitación no satisfagan inicialmente las exigencias de las empresas como clientes y comiencen a valorar tal relación con éstas “en calidad de clientes”.

Estas presunciones tienen dos consecuencia:

Las empresas y los discapacitados se encuentran todavía sepa rados por un laberinto de servicios prestados con las mejores intenciones, pero generalmente fragmentarios y mal coordinados, en los que el éxito raras veces se mide por el grado de satisfacción de las empresas. Los discapacitados y las empresas se encuentran igualmente privados de toda influencia efectiva sobre la elaboración de las políticas, pues es muy raro que se les pida que evalúen los servicios desde su perspectiva particular y que propongan soluciones.

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